miércoles, abril 24, 2024

Cuando los valores y la educación escasean en las Redes Sociales las consecuencias pueden ser FATALES

Felix Azuaje
Felix Azuaje
Periodista con más de 20 años de experiencia en medios impresos, radio y digitales

Los padres y representantes deben entender la IMPORTANCIA de su intervención a tiempo en lo que su hijo recibe de las redes sociales, sin prohibírselas

El mundo 2.0 llegó para quedarse. La situación que ha vivido el globo terráqueo con la pandemia, sirvió como un ente acelerante para que las redes sociales y la interacción virtual entre los humanos se apoderara por completo de los procesos comunicativos.

Gracias a la pandemia, nos vimos forzados a abordar la conexiones virtuales y con ello, la necesidad de mantenernos comunicados, pero con la limitante de que el contacto físico prácticamente tenía que desaparecer.

El dominio de las redes sociales era algo inminente. Ya los chat y reuniones virtuales se estaban apoderando del mundo, pero la necesidad de preservación como raza ante la pandemia del coronavirus y la obligación de mantener una economía tambaleante, obligó al ser humano a buscar la forma de reorientar las formas de comunicación.

En ese paquete que tuvimos que tomar de manera obligada el dominio de las redes sociales se afianzó. Se convirtieron en nuestras primeras necesidades de investigación, comunicación, entretenimiento y hasta para la interrelación de una manera tal, que de la noche a la mañana han pasado a ser parte de nosotros mismos.

En un principio fue una maravilla, pero conforme han avanzado, se le comenzaron a ver las costuras y aquello que comenzó como una herramienta para el mejoramiento de la sociedad, debido a la mala utilización del propio hombre, se ha convertido en un arma de doble filo, que ha tergiversado a la sociedad y sobre todo a los jóvenes.

Tulio Ramírez, presidente de la Asamblea de Educación, manifiesta que las nuevas tecnologías de la comunicación y la información han acelerado de manera vertiginosa el desarrollo de la humanidad en los últimos 50 años.

“Esto por supuesto ha hecho que el desarrollo de las comunicaciones y de las vinculaciones sociales, hayan adquirido dimensiones nunca antes sospechadas. Sin embargo, paradójicamente y como una suerte de efecto contradictorio a sus bondades… Gracias a estas nuevas tecnologías se han generado algunas distorsiones que en vez de conducir a sectores de la sociedad hacia la explotación de las bondades de esta revolución tecnológica, lo que han hecho es crear situaciones adversas, situaciones de distorsión que han generado comportamientos que nunca antes se habían observado”.

El comienzo

“A nivel de los jóvenes, la consecuencia que ha traído y que se profundizó bajo la pandemia, es que las nuevas tecnologías sustituyeron la relación directa, por una relación de carácter virtual”.

Para Ramírez, durante la pandemia se profundiza, porque si bien antes las redes sociales iban allanando más el espectro de las comunicaciones, también era cierto que la presencialidad hacía posible una relación más cercana sin distanciamiento físico entre los jóvenes y esto de alguna manera limitaba el uso excesivo de las comunicaciones virtuales. “Con la pandemia se cedió el terreno para que la relación virtual fuese la relación por excelencia”.

“Todas estas circunstancias acentuaron el uso de la nueva tecnología. A esto se le agrega que desde otras latitudes han llegado comportamientos que han sido asumidos por nuestros muchachos en término de los famosos retos. Retos que han ocasionado muchas dificultades en otros países. Han hecho que innumerables jóvenes hayan cometido delitos o inclusive atentando contra su vida, en virtud de un reto mal entendido”.

El problema no son las redes, sino como se emplean

Luis Godoy, experto en seguridad, indica que las redes sociales son herramientas primordiales para el desarrollo.

Establece que dichas herramientas no son el problema, sino la forma en cómo se emplean.

“No todos los seres humanos nacimos con la naturaleza de ser buenos y ayudar a otros. Existe una pequeña parte de la población y ahora como la comunicación es directa en todo el mundo, en todo el mundo existe una población que está dedicada a la delincuencia, a la maldad que está dedicada a aprovecharse de la bondad de otros”.

Según el experto en seguridad, en el mundo y especialmente en Venezuela, existen restricciones, sanciones y hasta legislación que van en contra de esos malos manejos de las redes sociales.

Las propias plataformas 2.0 regulan y contienen programas informáticos que ayudan a mantener a raya esas publicaciones maliciosas que pueden causar daño. Sin embargo, explica Godoy que la primera acción que se debe llevar a cabo para evitar que esos males del mundo 2.0 lleguen a nuestros hijos, las tenemos en casa.

La educación como herramienta

Estas anomalías que han creado en la sociedad y sobre todo en los jóvenes el mal uso de las redes sociales, tienen una solución.

“Los padres y las familias debemos ser muy responsables en educar a nuestros hijos sobre lo que puede ocurrir en el mal manejo de las redes sociales y las consecuencias que se pueden pagar por un mal mensaje recibido y que se crea que se está haciendo bien lo recibido”, dice Godoy.

“La educación es un tema de cultura, es un tema de supervisión, es un tema en el cual la familia es un factor muy importante para hacer los chequeos y las respectivas revisiones de las redes sociales usadas por nuestros hijos”, manifiesta Godoy.

Por su parte, Tulio Ramírez dice que “el mejor antídoto es la educación, pero no la educación escolar, me refiero a la educación, a la formación que se imparte desde el hogar. Es decir, al niño hay que enseñarle desde muy joven”.

“La solución es la educación desde la casa, por supuesto, reforzada desde la escuela, pero básicamente es la educación en la casa., cuando un padre ve que su hijo pasa pegado a la computadora más de seis horas, el padre debe intervenir, tiene que monitorear cuáles son las páginas que está viendo, tiene que conversar con el niño para darle las herramientas necesarias para poder contrarrestar todas las amenazas posibles”, dice Ramírez.

La responsabilidad de los padres es muy alta. El padre no puede delegar en la escuela, en los maestros, establecer los cortafuegos para que el muchacho no caiga en esas situaciones no deseadas por el uso indiscriminado y acrítico de las redes sociales. Son los padres los que deben actuar o deben pedir ayuda a expertos profesionales para que puedan intervenir en esta situación y reorientar al joven en el uso de estas redes. No se trata de prohibir el uso de las redes, Tal y como lo dice Tulio Ramírez.

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