En el desierto de Atacama, al norte de Chile, hay un vertedero de ropa nueva y usada donde sobreviven migrantes venezolanos
Llegar caminando desde Venezuela hasta Chile, hay que verle la cara. Y luego, para conseguir qué comer y cómo subsistir, un grupo de venezolanos vive de recoger ropa en un enorme botadero de prendas de vestir ubicado en el desierto de Atacama, al norte de ese país.
La historia la cuenta el periodista Jason Mayne en un reportaje para la televisora El Trece, donde narra no solo lo que significa la existencia del basurero más grande de ropa del mundo. Destaca cómo hay venezolanos migrantes que han ido a parar hasta ese lugar, dejando atrás sus sueños de mejorar su situación.
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Campamento precario
Los migrantes venezolanos que viven en una especie de campamento improvisado, deben aguantar temperaturas extremas de calor en el día y de frío en la noche.
Relata que se trata de un botadero donde hay por lo menos 100.000 toneladas de ropa, de todas las marcas internacionales. Muchas de ellas con etiquetas y nunca fueron usadas.
El lugar está ubicado a 25 kilómetros de Iquique, donde no se pagan impuestos por los productos importados.
A esa ciudad portuaria también llegan migrantes venezolanos que, en su mayoría, viven en las calles y duermen en carpas cerca de la costa.
Cuatro de ellos, dos parejas, se acercaron al «basural» y aseguraron que llegaron a Chile caminando durante un mes. Hurgaron para encontrar abrigo, medias y calzado. En la búsqueda, bromearon entre ellos: “Mira, con esta soy Daddy Yankee”.
Muchos salen de su país en condiciones precarias. Explicaron que agarran las prendas para usar y no pare vender. “Estamos en Traki (una popular cadena de tiendas)”, expresó uno de los migrantes. Los cuatro jóvenes se retiraron del vertedero con tres bolsas llenas de ropa.