Pacientes jóvenes y sanos suelen tener unos cuadros clínicos graves por COVID-19, esto se debe a factores genéticos e inmunológicos
Ante la pregunta ¿por qué el COVID-19 afecta duramente a personas sanas? la respuesta parece estar en el incorrecto funcionamiento de una proteína del sistema inmunológico.
“La alteración de esta molécula, debida a factores genéticos o a factores inmunológicos, impide que las células del organismo puedan defenderse adecuadamente del coronavirus, pudiendo llevar al paciente a una grave situación clínica”, aun siendo personas previamente sanas y que no han padecido otros procesos infecciosos relevantes, explicaron los investigadores.
Investigadores quienes publicaron sus hallazgos en la revista Science.
Se trata de un estudio colaborativo internacional, que además reveló que en un 15 % de los casos graves de COVID-19 existen detrás factores genéticos e inmunológicos que condicionan la severidad en el desarrollo de la enfermedad.
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Principales resultados
Lo que se pudo determinar fue que estos casos se relacionan directamente con el incorrecto funcionamiento de la proteína interferón tipo I.
Esta proteína es producida por el sistema inmunológico y cuya función es avisar al resto de células inmunes de la presencia de virus.
Al conocerse esta tipología en los individuos también se pueden seleccionar de forma más precisa los pacientes candidatos a los diversos ensayos clínicos en marcha.
Pacientes con los cuales se podrá evaluar la utilidad de tratamiento con interferón o con bloqueadores de estos anticuerpos.
Los resultados permiten determinar, en parte, el por qué algunas personas jóvenes y sanas padecen COVID-19 grave que desencadena ingresos en UCI o muertes.
De hecho, en el grupo de pacientes con anticuerpos anti-interferón la mortalidad fue del 36,6 % (37 de 101 personas), plasma el estudio.
La investigación también encontró que la presencia de los anticuerpos antiinterferón es mucho más frecuente en varones que en mujeres.
Y algo que ya sabíamos: la probabilidad aumenta por afecciones preexistentes (hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares y pulmonares, diabetes y obesidad).
