La falta de experiencia en la enseñanza y la situación de encierro está haciendo estragos en las familias y varios casos genera maltrato infantil
El paso de la educación presencial a distancia por la pandemia, genera un choque tanto a estudiantes como en padres y representes. Al enfrentar una nueva modalidad de estudio, la falta de experiencia y de paciencia, en muchos casos, ha ocasionado el aumento del maltrato infantil.
En el caso del estado Lara, por ejemplo, el Consejo Municipal de Derechos Niño, Niña y Adolescentes (Cmdnnai) registró 275 casos atendidos por maltratos en estos tres meses de confinamiento por la COVID-19
“El seguimiento y la culminación del segundo y tercer momento de calendario escolar no fue nada fácil. La adaptación al nuevo sistema a distancia trajo como consecuencia agresión y violencia por parte de los padres por varios factores. No cuentan con herramientas pedagógicas o no tienen conocimientos para ayudar a sus hijos”.
Estos fueron los argumentos de María Eugenia Castillo, presidenta del Cmdnnai, reseñados por La Prensa de Lara.
“El exceso de tareas y la falta de equipos tecnológicos también hizo que los padres al no tener paciencia para buscar una solución, agobiaran y frustraran a sus hijos”. Cada caso es diferente. Pero hubo casos en los que el niño no quiso ni siquiera grabar un vídeo para enviar el registro a distancia, porque no es lo común y esa negativa llevó al maltrato”, agregó.
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Los pellizcos, golpes, jalón de cabello y de orejas y maltratos verbales fue lo que reinó en los 275 casos ante la falta de paciencia y conocimientos. Esto sin incluir los demás casos que aun no han sido denunciados y no son conocidos.
Maltrato de terceros
Castillo dijo que el maltrato en ocasiones no solamente vienen de los padres, sino también de terceros. “Por ejemplo de los abuelos o algún tío que tampoco tienen conocimientos y la paciencia para enseñarle a un niño”. Considera que esta situación es grave porque el niño y adolescente se niegan a avanzar.
“Es un choque muy grande este cambio de modalidad, los niños lloran y se frustran” dijo Castillo. En ocasiones también presentan dificultades de aprendizaje y esos casos se deben tratar con herramientas pedagógicas diferentes.
Mencionó que cada caso fue tratado según las características y en la mayoría hubo asesorías a padres y niños. Se usaron las consultas psicológicas en aras de ayudarlos a buscar la solución más salomónica
Desde el Cmdnnai dicen que no solamente es abordar a los estudiantes a través de las consultas. También se debe tratar a los padres, pues la idea es que ellos eviten el conflicto y coloquen el interés del niño en primer lugar.
Castigos e inseguridad
Los niños y adolescentes se tornan inseguros a nivel emocional por ser maltratados por sus padres en el proceso de aprendizaje. Desde casa no están siendo formados por personas con habilidades pedagógicas.
María González, psicóloga, explicó que son varios factores que influyen para que el estudiante se niegue a las realizar las tareas y asignaciones. Deben entender que al recibir regaños y al no estar en un ambiente adecuado donde no puede socializar con sus compañeros crea inseguridades.
“Con castigos no se aprenden las actividades escolares y por eso generan rencor, incluso hacia sus padres” dijo la psicóloga. Eso produce las llamadas “heridas de la infancia” y puede repercutir cuando los niños y adolescentes llegan a la adultez. “Asocian los hechos como un abuso o maltrato de los padres”. Por eso recomienda que busquen una personas que los ayude y evite castigos a la hora de la educación a distancia.
