Después de viajar a la cumbre del clima en Egipto, Maduro le tomó el gusto a viajar de nuevo y se llegó hasta La Habana este miércoles para asistir al 18 aniversario de la ALBA-TCP, desde donde los países miembros dieron respaldo al presidente peruano destituido Pedro Castillo y a Cristina Fernández
Nicolás Maduro le tomó el gustico y sigue de viaje por el mundo, sin temor a represalias ni sanciones. Luego de asistir hace semanas a la cumbre del clima en Egipto, este miércoles se acercó a La Habana (Cuba) para el encuentro por el 18 aniversario de la Alianza Bolivariana de América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP).
Allí estuvo como pez en el agua, con la rienda suelta. Desde esa palestra recordó al ex mandatario cubano Fidel Castro Ruz y al líder bolivariano Hugo Chávez Frías, quienes dieron el primer paso para constituir una alternativa al ALCA y al neoliberalismo, acotó.
“Cuba y Venezuela unimos nuestras dos revoluciones, nuestros pueblos, nuestras dos capacidades, para decirles a América Latina y el Caribe hay que marchar juntos”, destacó Maduro.
Por otra parte, exhortó a los países miembros de la ALBA a retomar el impulso de los proyectos que impactaron a los pueblos del mundo.
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Respaldo a Castillo y Cristina Fernández
Los países miembros de la ALBA-TCP levantaron su voz para respaldar a la ex vicepresidenta argentina y al presidente destituido peruano Pedro Castillo.
En este sentido, el presidente de Bolivia, Luis Arce, tuvo la voz cantante.
Arce alertó de la existencia de “sectores antidemocráticos” que “no desisten a su constante hostigamiento contra gobiernos de izquierda (…) y legítimamente constituidos”.
“La injerencia extranjera, la inestabilidad política y el irrespeto a la voluntad de las mayorías continúan siendo las principales amenazas que se abalanzan contra la región”, advirtió.
El presidente boliviano agregó que lo que más le alarma es “el uso vil” de “los poderes del Estado con fines políticos”.
En ese sentido, Arce dijo que Fernández de -quien ha anunciado que no será “candidata a nada” en las presidenciales de 2023 debido a su condena- fue apartada de la vida política por la “instrumentalización del poder judicial y el aparato mediático”.
Sobre Castillo -con un pedido fiscal de 18 meses de prisión preventiva y que es investigado por un presunto delito de rebelión- señaló que ha sufrido un “asedio y persecución constante” desde “el poder legislativo” peruano.
Asimismo, recordó el comunicado conjunto de los gobiernos de Colombia, México, Argentina y Bolivia en el que aseguraron que el expresidente peruano fue “objeto de un tratamiento judicial” que calificaron como “violatorio” y pidieron que se respete la “voluntad ciudadana” expresada en las urnas por el pueblo peruano.
