Uniformados fueron destituidos e inhabilitados por 20 años, máxima sanción disciplinaria. Se confirmó que actuaron con brutalidad y cobardía
Los dos patrulleros de la policía colombiana mintieron, desvirtuaron los hechos, balearon a Javier Ordóñez, lo hirieron 8 veces con la pistola taser, actuaron con brutalidad, lo llevaron muerto al hospital y nunca recibió auxilio por parte de los uniformados.
Por tales razones fueron destituidos e inhabilitados por 20 años, la maxima sanción disciplinaria a un servidor público en Colombia.
Se confirmó, además, que mintieron y actuaron con brutalidad policial, crueldad, cobardía e intensión de hacer daño.
Además, los videos de cómo bajaron a Javier Ordóñez de la patrulla que lo traslado al CAI y la manera cómo lo golperon al interior de este lugar fueron decisivos como prueba de la actuación de los uniformados.
“Juan Camilo Lloreda lo molió a golpes mientras Harvey Rodrígez lo sujetaba con uso excesivo de la fuerza y sin condolerse, mientras Ordónez estaba indefenso”, aseguro en la lectura del fallo la jueza encargada.
Harvey Rodríguez y Juan camilo Lloreda reciben así la más alta sanción disciplinaria en la Procuraduría.
Mientras su proceso continúa en la Fiscalía con la imputación de cargos y permanecen con medida de aseguramiento en la cárcel de Fusagasugá para policías.
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Detalles del fallo
Según el fallo de la Procuraduría por brutalidad policial, la víctima murió al interior del CAI, víctima de una “cruel y cobarde golpiza”.
El fallo contra los policías colombianos se otorga por los tratos crueles, intencionales e injustos a los que fue sometido Javier Humberto Ordóñez en la madrugada del 9 de septiembre de este año, en el CAI de Villaluz, en Bogotá.
La sanción también desmiente el informe policial sobre los hechos de la noche del 8 de septiembre y la madrugada del 9 hizo el patrullero Rodríguez y que los patrulleros fueron agredidos.
Y asegura que actuaron bajo el accionar propio que aprenden en la formación policial donde se les enseña a neutralizar y hacer daño.
Además, el patrullero Rodríguez admitió que Ordóñez recibió un disparo disuasivo en el piso supuestamente para evitar que dejara de agredir a Lloreda.
Así mismo, la Procuraduría concluyó que Ordoñez murió al interior del CAI.
La Procuraduría indicó que el comportamiento de los uniformados se enmarca en el delito de abuso de autoridad por acto arbitrario e injusto, que al mismo tiempo es una falta disciplinaria.
De acuerdo con la formación y capacitación que los dos patrulleros tenían sobre su labor y cómo debían tratar a las personas, para la Procuraduría actuaron de forma consciente al cometer esos delitos.
Los policías apelaron la decisión.
