Los migrantes venezolanos son discriminados por su color de piel, acento y nacionalidad en Trinidad y Tobago
La decisión de emigrar puede ser una de las más difíciles y complicadas; sin embargo, para los venezolanos elegir Trinidad y Tobago como destino puede resultar un camino tormentoso plagado de miedos, injusticias e inseguridades para los migrantes.
El irrespeto por el derecho internacional ha condenado a los venezolanos que han llegado a la isla.
Se les hace esquivo intentar emprender una vida lejos de la crisis que aqueja en estos momentos a Venezuela.
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La falta de recursos los llevó a esta isla, la cual los obliga a trabajar duro, pero no les garantiza seguridad social ni jurídica.
La violación al derecho internacional es uno de los principales delitos que comete el gobierno de Trinidad y Tobago en contra de los emigrantes.
Incumplen los tratados
Trinidad y Tobago, está suscrito y adherido a los tratados para refugiados y para los derechos humanos de 1951 y 1954.
Desempleo, desespero, incertidumbre y hambre son algunas de las características de los venezolanos que llegan a la isla, la mayoría de forma ilegal, por vía marítima.
En 2019, el comisionado de la policía de ese país caribeño, Gary Griffith, alertó que el número de ciudadanos venezolanos reclutados por bandas criminales de Trinidad y Tobago para participar en actividades delictivas es creciente.
Aseguró que esto iba a afectar el servicio que presta esta autoridad en Trinidad y Tobago, en el marco por mantener “la ley y el orden en ese país”.
Sin embargo, han denunciado en reiteradas oportunidades que no se prevalecen, ni respetan los derechos humanos de los venezolanos que ingresan a Trinidad y Tobago.
“Sufren discriminación por su color de piel, por nacionalidad, por su acento y no hay organización que los proteja”, denunció para Impacto Venezuela, Damarys Rangel, directora de la Organización de Derechos Humanos con DR.
Rangel destacó las condiciones de vulnerabilidad en la que se encuentran los migrantes venezolanos en esa isla que no garantiza ningún estatus, ni apoyo para aquellos que han dejado su país huyendo de la crisis.
Los hombres son tratados como malandros, las mujeres como prostitutas y los niños con desprecio. Rezar porque la policía no los pare es el pan nuestro de cada día.
Políticas de odio contra migrantes venezolanos
De hecho, la directora de la organización responsabilizó tanto al primer ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley, como al ministro de Seguridad Ciudadana por emitir un discurso que fomente la xenofobia en contra de los venezolanos.
Incluso esta postura la comparte el diputado de la Asamblea Nacional, Carlos Valero, quien calificó el discurso de las autoridades trinitenses como “anti venezolano”.
“Ha generado un nivel de xenofobia alarmante en el país caribeño. La cultura de odio incrementa con la llegada de venezolanos que solo huyen de una crisis humanitaria sin precedentes en nuestro país”, sentenció Valero.
Acnur no vale para Trinidad y Tobago
Damarys Rangel, rechazó que no hay leyes migratorias que puedan garantizar seguridad a los venezolanos.
Resaltó que acuden a la oficina de ACNUR para solicitar asilo, pero las autoridades del país lo burlan.
Acnur ofrece un carnet para los venezolanos solicitantes de asilo, como constancia de que su trámite está en proceso.
De acuerdo con el testimonio de varios venezolanos, este documento en Trinidad y Tobago no es respetado.
“Te lo rompen en la cara, no les interesa, y aun así te llevan preso y hasta te deportan”, detalló para Impacto Venezuela, Daniela León*.
Aunque León ya cuenta con permiso de trabajo emitido por el gobierno trinitense no se siente segura en el país.
“Deportaron a varias personas ayer (18 de septiembre) y muchas de ellas tenían solicitud de asilo y permiso de trabajo emitido por el gobierno y aun así no les importó”, aseveró.
Daniela León fue detenida en diciembre, por trabajar sin papeles, relató que fueron unos de los días más duros de su vida, ya que no se le garantizaron sus derechos humanos.
“Pasé cinco días sin bañarme, sin cepillarme los dientes, dormía en el piso, no comía bien, no me dejaban comunicarme con mis familiares. Luego me dieron dos multas, aun teniendo mi solicitud de asilo”.
Daniela León
León tuvo que pagar dos multas que representaban 10.000 dólares trinitarios, lo que equivale a 1.250 dólares norteamericanos.
La inseguridad crece. Debido a la pandemia a León le renovaron el permiso de trabajo hasta el 31 de diciembre de este año, pero las autoridades de Acnur no se han pronunciado, puesto que no sabe qué pasará con ella después de ese día.
Exigen ayuda
La respuesta de Acnur para la atención al migrante venezolano ha generado diversas opiniones.
Hay quienes han logrado conseguir su solicitud, mientras que hay otros que califican el hecho como “poco eficiente”.
Las solicitudes de asilo o de ayuda económica para varios emigrantes se hacen al azar, es decir no estudian los casos según la vulnerabilidad.
Otra migrante relató a Impacto Venezuela que una mujer recién diagnosticada de cáncer solicitó ayuda ante Acnur para comenzar su tratamiento de quimioterapia, la cual fue negada por no ser “un caso vulnerable”.
Por lo que se preguntó cuáles casos son de verdadera vulnerabilidad para poder recibir ayuda.
Asimismo resaltó que diferentes organizaciones y países han donado dinero para atender a los venezolanos en Trinidad y Tobago pero pocos se han beneficiado de esos recursos, por ello cuestionó el paradero de ese dinero.
Empoderar a la mujer para defensa de sus DDHH
La organización de DD.HH con DR está conformado una red de mujeres para empoderar y hacerlas conocedoras de sus derechos.
Así puedan exigir un trato justo y respeto por lo que les corresponde.
Damarys Rangel detalló a Impacto Venezuela que están ubicando asistencia local en la isla para que pueda brindar asesorías a las venezolanas que se encuentran allí.
Alertó que la población migrante venezolana en general está muy mal, por eso hizo un llamado a las organizaciones internacionales.
“Al gobierno de Venezuela, a las autoridades que se consideran legítimas a ser más transparentes en la ejecución de sus políticas de protección de los ciudadanos venezolanos”, pidió.
En ese sentido, aplaudió lo que ha hecho David Smolansky, comisionado de la OEA para los refugiados venezolanos, pero aseveró que “hay que hacer más”.
Migrantes en indefensión
“La salud psicológica de los venezolanos está muy mal. En Trinidad y Tobago los migrantes son objeto de vejación, humillaciones, les afectan su desarrollo como persona”, alertó.
Ante la poca atención a los venezolanos en Trinidad y Tobago lamentó que muchos están negados a dar testimonios.
Aseguró que han compartido su historia con la promesa de ayudarlos y no lo han hecho.
“Hay muchas personas que tienen niños con problemas de salud, tienen su carnet de Acnur y se los rompen, los meten presos, aquí es donde una República tienen que funcionar”, exigió.
Aclaró que a pesar de que los ciudadanos no estén dentro de su territorio, las autoridades de su país de origen deben brindarles apoyo.
“El problema es que los venezolanos no tienen un representante consular que cumpla cabalmente con sus funciones diplomáticas, por eso son objeto de vejaciones”.
Repatriación voluntaria
El 18 de septiembre se conoció la presunta deportación de 93 migrantes venezolanos que se encontraban en Trinidad y Tobago.
La ministra del Parlamento Internacional para los Derechos Humanos por Canadá, Karla Henríquez, aclaró a Impacto Venezuela que de los 93, 73 fueron llevados a la embajada obligados a firmar su repatriación voluntaria.
Informó que las personas que fueron obligadas a firmar su repatriación voluntaria tenían permiso de trabajo o registro de amnistía que perdona a los venezolanos cuando ingresan de forma ilegal al país.
“Trinidad y Tobago se niega a respetar las normas internacionales suscritas por ellos. El hecho de que no haya ley local no los exime de su responsabilidad” alertó Henrique.
La abogado y también exrefugiada en Trinidad y Tobago compartió con Impacto Venezuela la lista de algunos migrantes venezolanos que se encuentran en el centro de detención en para migrantes.
Denunció que si los venezolanos están huyendo de su país no pueden ser llevados a la embajada porque es territorio venezolano.
Además, resaltó el incumplimiento de Trinidad y Tobago a todo acuerdo que hacen. “Los detienen porque entraron de forma ilegal, pero se supone que crearon la Amnistía para perdonarlos”.
Pese a que para ellos tener un permiso de trabajo o el permiso de amnistía es estar legal dentro del país, igual han violentado esas normas.
Caso Rikcel Rivas
Entre los 93 venezolanos, estaba Rikcel Rivas, ciudadano que ingresó a Trinidad y Tobago de manera legal, tiene registro de Amnistía y carnet de Acnur.
Karla Henríquez, relató que llevaron a Rivas para repatriarlo “voluntariamente”, pero su abogado solicitó ante un juez el hábeas corpus.
Una persona que está firmando “repatriación voluntaria” y solicita un “hábeas corpus” está manifestando que no se quiere ir, explicó la abogada.
“Rikcel (Rivas) entró legal y luego solicitó protección internacional, está en su derecho”, enfatizó.
Aclaró que él sacó su permiso de trabajo, ya que Acnur no da manutención a los refugiados aun cuando no tiene permiso para trabajar.
Pese a que Rivas estaba legal con todos sus requisitos, la orden gubernamental era deportarlos. Henríquez denunció que no le quisieron recibir los papeles a Rivas porque la orden ya estaba dictada.
Temor e inseguridad
Los venezolanos en Trinidad y Tobago viven en un oscuro pasaje plagado de inseguridades.
De acuerdo con los testimonios que obtuvo Impacto Venezuela, ni siquiera los permisos obtenidos por el gobierno les dan tranquilidad.
Si son agredidos por los trinitenses no pueden defenderse porque son deportados, si denuncian acoso son detenidas por estar “ilegalmente” en el país.
Denuncian que el discurso gubernamental y la ausencia consular mantienen a los venezolanos en vilo, sin protección, ni resguardo.
Por ello, las abogadas exigen a las autoridades venezolanas responder ante estas injusticias y actuar de forma inmediata para proteger al migrante venezolano.
