El calor las sofocó en el desierto de Arizona y coyotes las abandonaron. La historia de un fatal sueño americano
Claudia Marcela Peña viajó con sus dos pequeños hijos de 10 y 3 años el pasado 21 de agosto de Colombia a México, de allí a Tijuana en avión y luego a Mexicali.
Este último trayecto fue por tierra en un carro donde un coyote las iba a llevar a la frontera con EE.UU.
“La última comunicación fue el miércoles, 21 a las 6:00 a.m.”, dijo Yeni Acevedo, prima de las víctimas.
Claudia buscaba atravesar el desierto de Arizona, con la ayuda de un coyote, para reencontrarse con su esposo, Hugo Pinzón, un colombiano radicado en los Estados Unidos.
Según describen sus familiares cada trayecto del viaje lo iban registrando en su celular.
La penúltima foto que recibió su familia en Tunja fue cuando viajaban en un vehículo con el supuesto coyote.
Luego, una última fotografía de las víctimas fue en el desierto entre México y Arizona cuando ya se evidencia la fatiga de los pequeños por la fuerte ola de calor.
Sus cuerpos no aguantaron y al parecer fueron abandonados por el coyote.
Padre pide apoyo
Hugo le informó a su familia que su esposa y su hija “no aguantaron el calor y se murieron”, pero que su hijo sobrevivió y estaba hospitalizado.
Al parecer los cadáveres de Claudia Marcela y Maria José fueron encontrados por agentes fronterizos en zona desértica del condado de Yuma, en Arizona, reportó Caracol Noticias.
El pequeño Cristian sobrevivió al intenso calor y fue rescatado casi deshidratado.
Fue llevado a un hospital en Phoenix y en las próximas horas será trasladado a Los Ángeles, informó Caracol Noticias.
“Quiero pedirle a la Cancillería colombiana y al Gobierno colombiano, acá en los EE.UU., que me colaboren para repatriar el cuerpo de mi esposa y de mi hija”, manifestó Hugo Pinzón.
Aseguró que su familia buscaban un mejor futuro para sus hijos y no lo logró.
Además, explicó que hace todo lo posible para que las autoridades le entreguen a su niño.
Claudia Marcela hizo un video en México bendiciendo a su familia en la Basílica de Guadalupe.
Justo un día antes de partir a la frontera junto a Maria José Sánchez, de 10 años y Cristian Pinzón, de 3.
