El presidente Gustavo Petro promueve la paz, desde Colombia y hacía el mundo, en pos de estabilidad y beneficios para todas las naciones
Gobernar una nación con múltiples fronteras, como es Colombia, deviene en un gran reto para Petro, empeñado lograr una “paz total” hacía el interior del país (golpeado por décadas de violencias que aún parecen interminables) anhelo alcanzable toda vez que armonice con sus vecinos.
Gustavo Petro lo sabe, lo tiene muy claro, y para eso está desarrollando una política exterior multidimensional.
Estrategia que deberá sortear escollos tan fuertes como el de dar una adecuada atención a la migración venezolana sin afectar la reanudación -reconstrucción- de las relaciones entre Colombia y Venezuela, que están siendo manejadas con tacto y prudencia para llevar a buen puerto vínculos altamente complicados tras años de agresividades generando desconfianzas.
Otra arista de la agenda internacional que desea implementar el gobierno de Petro, muy a tenor con estos tiempos es desarrollar gestiones encaminadas hacia la lucha contra el cambio climático, para salvaguardar la biodiversidad, una nueva política en materia de drogas y la salida del modelo extraccionista imperante en Colombia. Además de renegociarse y actualizar los Tratados de Libre Comercio existentes para adecuarlos a las nuevas prioridades del gobierno y aumentarse el comercio exterior colombiano.
Cancillería muy distinta
Los retos del nuevo gobierno son inmensos, empero, da tranquilidad el nombramiento de un Canciller del calibre intelectual y la vasta experiencia de Álvaro Leyva Durán, quien tiene muy claro hacía donde hay que encaminarse.
Sin embargo, para poder gestionar tantos retos y compromisos, el nuevo canciller Álvaro Leyva va a tener que reposicionar a la Cancillería como brazo eficaz en la gestión de los asuntos externos, accionando con más pragmatismo que en base a criterios ideológicos y personales que tanto han afectado interlocuciones.
Empero, más allá de los asuntos operativos de la Cancillería, hay que ser eficaces al ejecutar una nueva doctrina de política exterior muy distinta a la que prevalecía en Colombia, tan ideologizada que resultaba polarizante, excluyendo al país de presencia en importantes espacios internacionales.
El nuevo pacto andino propuesto por Petro
El Pacto Andino es un acuerdo latinoamericano, acordado en 1969, propiciador de la integración de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela y Chile; en pos de una mayor cooperación económica y social, dotándose de más capacidad para juntos hacer frente a retos económicos y sociales.
Este pacto promueve el libre intercambio de bienes y servicios entre los países, integrados en un bloque económico donde prime la equidad en lo aduanero.
Chile abandonó el Pacto en 1976, cuando el régimen dictatorial de Augusto Pinochet, y ahora es miembro asociado. En 2006, la Venezuela presidida por Hugo Chávez decidió salirse de la Comunidad Andina de Naciones argumentando que Colombia y Perú habían estrechado sus relaciones comerciales con Estados Unidos firmando Tratados de Libre Comercio.
Hace unos días, en Lima, la capital peruana, aconteció el XXII Consejo Presidencial de la Comunidad Andina (CAN) en el que los cuatro jefes de Estado de los países miembros expusieron sus preocupaciones y abogaron por tener una agenda común para hacer frente a los desafíos en la región.
Una apuesta por la cohesión y la unión, abogando por el reingreso de Chile y Venezuela.
Gustavo Petro, en su primera participación internacional como mandatario de Colombia, invitó a repotenciar el Pacto Andino para establecer una política de industrialización de la región.
Petro también propuso que Chile, Venezuela, Argentina se reintegren al bloque; iniciativa que fue apoyada por los presidentes de Bolivia, Ecuador y Perú.
Loables otras propuestas hechas por Petro como son combatir la crisis climática con fuentes de energía limpia; fortalecer Universidad Andina Simón Bolívar, convirtiéndola en una universidad de vanguardia; descarbonizar la economía a partir de tratados de la recuperación de la Selva Amazónica.
Petro también habló sobre industrializarse los países: “país que no se industrializa es pobre”, mencionando que las riquezas se generan en agricultura, la industrialización y la necesidad de planificar la reindustrialización.
Es que Gustavo Petro reconoce la necesidad de caminar hacia la paz y la transformación de la economía, como un instrumento de conservación de la humanidad.
Además, hizo un llamado para unir las voces de la comunidad Andina: “Entre más voces juntemos, pongamos de acuerdo e integremos ¡mejor!, Más poderosa será la voz. No sin olvidar los problemas que tenemos como países en su interior”.
Sumarse al mundo
Colombia siempre fue un país de mediana influencia en asuntos internacionales, sin embargo, el nuevo gobierno encabezado por Petro se ha propuesto desarrollar una política exterior que impacte y sea fructífera.
De ahí que el gobierno Petro ande en pos de tener buenos socios internacionales, de sumarse abogando por unidad en la lucha contra problemáticas comunes.
Destacable que Petro y su canciller Álvaro Leyva están presentando a Colombia como un país que quiere colaborar con todas las naciones, actuando a través de una política exterior signada por mucho profesionalismo y desideologizada.
Así las cosas, Colombia impactará muy positivo en los escenarios internacionales, logrando un protagonismo que devendrá memorable.
