La ONG Médico Unidos por Venezuela alertó que el ministerio de Salud, al esconder las cifras epidemiológicas evita que se tomen medidas para luchar contra enfermedades como la fiebre amarilla
La ONG Médicos Unidos de Venezuela pidió al ministro de Salud de Nicolás Maduro, Carlos Alvarado, que vuelva a publicar el boletín epidemiológico. El mismo está suspendido desde finales de 2016.
Recordó la importancia de su difusión para que la población esté informada sobre las enfermedades que circulan en el territorio.
“Las medidas de prevención son conocidas y efectivas, pero la población debe estar informada y participando. Exigimos al MPPS la reactivación del Boletín Epidemiológico”, dijo la ONG en un mensaje en Twitter.
La petición se dio, además, a propósito del brote de fiebre amarilla en varios estados del oriente del país. También para informar sobre las rutas de circulación de la enfermedad.
“Como sabemos, es una zoonosis y existe zonas enzoóticas (endémicas) de la enfermedad. Gracias a las vacunaciones, Venezuela ha tenido períodos de silencio de la enfermedad”, agregó.
En otro mensaje, indicó que los “municipios del sur de Anzoátegui y Monagas”, donde se detectó el brote de fiebre amarilla, son “zonas enzoóticas (…) y actualmente se encuentran activas”.
“Sabemos que con apoyo de OPS se está vigilando con monitoreo de casos laboratorio, vacunando y fumigando, pero no hay información oficial”, culminó.
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Brote de fiebre amarilla
El pasado 14 de octubre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó sobre un brote de fiebre amarilla en Venezuela. Lo hizo por la detección de siete casos que quedaron confirmados mediante pruebas de laboratorio a finales de septiembre. Entre estos casos estaban seis que correspondían a personas que no estaban vacunadas contra esta enfermedad.
La OMS señaló que Monagas tiene una baja tasa de inmunización contra la fiebre amarilla (67,7 %). Esto indica que una parte significativa de sus habitantes corren un riesgo alto, recordó la agencia Efe.
La fiebre amarilla se ha sumado a otras enfermedades, como la difteria, la malaria o el sarampión, que resurgieron en el último lustro. Las mismas lograron contenerse, gracias al apoyo organismos como la OPS y la Unicef.