El escurridizo personaje fue capturado tras muchísimo tiempo de investigación por oficiales de la inteligencia colombiana
Ómar Yesid Galeano, alias “21”, quien trabajaba para las disidencias de las Farc en Nariño y el lado ecuatoriano de la frontera, según la Dirección Antinarcóticos, al fin pudo ser capturado en Cali.
“21” era uno de los cabecillas de las Farc más perseguido en el Sur de Colombia.
Prontuario criminal
Galeano es de Granada, en el departamento de el Meta; donde se vinculó a un grupo de delincuencia común conectado con la banda narcoparamilitar Erpac, por lo que fue capturado en 2011.
Al salir de la cárcel empezó a trabajar para “los Contadores”, narcos y exguerrilleros que delinquen en Nariño; lo de él era custodiar y abrir rutas de tráfico de drogas hacia Ecuador.
Las autoridades ecuatorianas lo arrestaron en la ciudad de Esmeraldas a principios de 2021, y lo deportaron a Colombia; donde como no tenía orden de captura lo dejaron libre.
Luego, y acatando órdenes de la Segunda Marquetalia, su jefe José Malagón Jiménez (“Uriel”) transformó a “los Contadores” en el frente “Iván Ríos”.
A “21” le asignaron la misión de ser cabecilla militar en la cuenca del río Mataje, zona rural de Tumaco, a cargo de 35 guerrilleros.
El año pasado 2021, en julio, durante un combate entre la Segunda Marquetalia y el frente 30 de las Farc, Ómar Yesid resultó herido en una pierna, y lo remitieron al hospital caleño Valle de Lili.
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Intensa búsqueda
Al salir del hospital, pagó su cuenta como un particular (bajo otra identidad) y se refugió en un condominio de barrio caleño Guadalupe.
Las autoridades, cruzando informaciones, empezaron a acercarse hasta su ubicación en Cali.
Llamó la atención que vivía con dos escoltas y que recibía visitas constantemente.
La policía empezó a vigilar y seguir a las enfermeras que lo visitaban asiduamente.
Un buen día para las autoridades colombianas y pésimo para “21” irrumpieron en su apartamento uno de los Comandos Jungla del Ejército de Colombia.
El terrible cabecilla Farc, muy sorprendido, tuvo que rendirse y así cayó.
La Fiscalía colombiana le imputó cargos por concierto para delinquir agravado y tráfico de armas, y un juez lo mandó para la cárcel.
