El asesinato del agente clandestino ocurrió en Soacha, municipio aledaño a Bogotá
Cayeron los asesinos de un policía que infiltró y desarticuló una peligrosa banda de traficantes de drogas en Soacha, Cundinamarca, Colombia.
Con un arma de fuego, incautada en la casa de uno de los señalados criminales, según los investigadores, fue asesinado el patrullero Jaime Andrés Ávila.
El uniformado había sido seleccionado con una orden judicial, por la Fiscalía General de la Nación y la Policía Nacional, para infiltrar la tenebrosa banda de traficantes de drogas conocida como Los Cachorros, que delinquía en Soacha, Cundinamarca.
Tras el asesinato del agente, la Policía y el director seccional de fiscalías de Cundinamarca, Carlos Manuel Silva, activaron un operativo relámpago, que contó con ayuda valiosa de testigos que, además, suministraron videos que permitieron llegar hasta los escondites de los señalados asesinos en el mismo municipio de Soacha.
Grupos de CTI y la Policía de ese municipio realizaban los procesos judiciales de capturas, un grupo de expertos forenses del CTI realizaron el levantamiento del cuerpo del agente encubierto.
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Al policía infiltrado le encontraron la cámara oculta que estaba utilizando en sus labores de investigación y esta será clave para el proceso judicial no solamente contra los asesinos sino contra toda la banda de traficantes de drogas conocida como Los Cachorros.
El patrullero fue asesinado mientras estaba en el cumplimiento de su deber y en medio de la lucha contra las drogas; afirmó Carolina Valencia Lucas al dar a conocer estas informaciones en Caracol.