La víctima ya había dado señales que vivía en un hogar lleno de violencia; sin embargo, no se pudo evitar que muriera cruelmente a manos de su pareja
José Antonio Rangel Moyeton, de 30 años, de nacionalidad venezolana, deberá pasar el resto de su vida en la cárcel en Argentina, tras ser condenado a cadena perpetua por asesinar de 47 puñaladas a su pareja, Mayerling Mariana Blanco Bravo (25).
El sangriento crimen ocurrió en su departamento del barrio porteño de Flores, en buenos Aires, Argentina, porque ella quería terminar la relación.
De acuerdo con información publicada por El Clarín, la condena emitida por el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional 17 de la Capital Federal contra Rangel, es por el delito de “homicidio doblemente agravado por haber sido cometido contra una persona con la que mantenía una relación de pareja y por haber mediado violencia de género”.
Según la web institucional fiscales.gob.ar, los jueces Juan Giudice Bravo, Pablo Vega y Silvia Guzzardi -que darán a conocer los fundamentos de la condena el 3 de marzo- coincidieron con la fiscal María Luz Castany, que en su alegato había pedido la pena máxima.
“Este caso es un femicidio íntimo: está acreditado que eran pareja. Estos femicidios se caracterizan por antecedentes de violencia previos: psicológicos, físicos, verbales, económicos, más allá de sí la víctima denunció o no”, explicó la representante del Ministerio Público argentino.
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Testimonios
En ese sentido, repasó los testimonios que varias personas dieron en el juicio y que mostraban el nivel de violencia en el que vivía la joven. Uno de esos relatos fue el de una vecina de edificio donde vivía la víctima y su femicida, quien además cuidaba del niño de tres años -hijo de ambos- mientras Mariana trabajaba en un spa.
La mujer sostuvo que varias veces la vio golpeada y que la propia víctima le contó que Rangel Moyeton era adicto y que discutían muchísimo. Una situación similar describió la coordinadora del lugar donde trabajaba la joven, quien notó en una oportunidad que Mariana tenía un ojo morado.
“Me duele más a mí que a ti, créeme”, le escribió Rangel Moyeton en un chat del 8 de abril de 2021, 10 días antes del asesinato, cuando Mariana le mencionó el ojo morado.
“El contexto de violencia se pudo reconstruir y también quedó evidenciado que la víctima intentaba justificar a su pareja y minimizaba lo que pasaba”, indicó la fiscal Castany durante su alegato.
