El conflicto venezolano seguirá dando la hora en la política exterior de los Estados Unidos, una vez que Joe Biden asuma oficialmente la presidencia. La pregunta es cómo será el abordaje del asunto, una vez superado el fragor de la campaña y teniendo otras prioridades como la emergencia por la COVID-19
Durante estos últimos dos años, el apoyo internacional a Juan Guaidó y la oposición tuvo al frente a la administración de Donald Trump. El conflicto venezolano siempre estuvo en los discursos de campaña. Ahora, con la victoria de Joe Biden hay expectativas. Tal vez no acerca de que ese apoyo cambie, puesto que la política exterior de EE.UU hacia Venezuela es bipartidista. La pregunta es cómo se concretará ese apoyo con este cambio de gobierno.
Juan Guaidó, felicitó a Biden y a la vicepresidenta electa, Kamala Harris, la tarde de este sábado. Dio las gracias al presidente republicano “por su firmeza y determinación” contra Nicolás Maduro.
Recordó que “la causa por la libertad y la democracia en Venezuela cuenta con el apoyo bipartidista en Estados Unidos”. Poco después, Nicolás Maduro también dio la bienvenida a Biden. Destacó r que Venezuela “siempre estará dispuesta al diálogo y al entendimiento con el pueblo y el Gobierno de los EE.UU”.
La furia retórica de Trump contra Maduro alimentó en algunos sectores de la oposición la tesis de que un triunfo de Biden sería malo para el país y una transición.
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Ese clima se respiró en las últimas semanas de campaña, sobre todo en el sur y en Florida. Roberto Marrero, entre otros dirigentes opositores manifestaron su apoyo a Trump. Lo hicieron porque se jugó la carta antichavista en la campaña y la aprovechó para atacar a su rival.
Pero Biden también hizo lo suyo. Prometió numerosas veces que solventaría la crisis de los migrantes venezolanos en EE.UU. Sobre todo hizo énfasis en el permiso especial para los connacionales que viven en esa nación.
Enfoque hacia la diplomacia
En opinión de Raúl Gallegos, director de la consultora Control Risks, es probable que el enfoque diplomático de Biden sea distinto sobre el conflicto venezolano. “Con Biden vamos a ver un giro hacia la diplomacia. Esto sería un gane para el chavismo. Pero el nuevo enfoque diplomático va a tomar tiempo. Aquello de tomar contactos con el chavismo, en ese juego se va a ir un año, dos años”, señaló, para El País, de España.
“Vamos a ver una nueva administración tratando de entender, lo que es tiempo ganado para el madurismo”. Pero según su análisis, una vez superadas las escenificaciones de la campaña electoral, hay prioridades, como la emergencia por la COVID-19.
“Incluso con Trump: su principal preocupación iba a ser la economía, la salud”. Y en este contexto, el lobby petrolero intentará presionar para que se flexibilicen las sanciones.
Otra lectura de la llegada del demócrata a la Casa Blanca es la posible realineación de las posiciones de Washington y de la Unión Europea. Pese a sus duras críticas a Maduro no ha aparcado la apuesta por el diálogo y una salida negociada a la crisis.
Trump rompió ese eje como tantos otros y Biden puede reconstruirlo. Esa quizá sea una de las primeras cartas de su administración ante la crisis venezolana.
