Tras las inundaciones del sábado unas 3.600 personas resultaron afectadas. Los habitantes de la zona aseguran que una de las causas de las anegaciones es la falta de limpieza de los drenajes
A más de 3.660 aumentó el número de personas afectadas por el desbordamiento del río Uairén que inundó al menos 80% del municipio Gran Sabana del estado Bolívar, cuyas autoridades aseguran que los damnificados están siendo atendidos. A pesar de que el peligro pasó, hay zonas que continúan con las secuelas de las inundaciones.
“El primer día había 585 familias (afectadas), y ayer (domingo) solamente quedaban 135 familias en los refugios. Ha ido bajando, porque la gente, correctamente, cuando sale el agua, regresa a su casa a resguardar su hogar”, dijo el gobernador de esa entidad, Ángel Marcano.
En declaraciones difundidas a través de su cuenta en Instagram, explicó que las personas damnificadas han recibido “todo el apoyo” por parte del Gobierno, lo que incluye “medicinas, comida, cualquier cantidad de enseres, colchonetas y mosquiteros”.
Aunque 12 sectores del municipio estaban bajo el agua, para el 30 de julio, al día siguiente solo quedaban tres comunidades inundadas, “con niveles (de agua) que han ido bajando muy rápido”.
Subrayó que más de 400 efectivos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana están desplegados para apoyar la distribución de alimentos y otro tipo de ayudas para los afectados.
El gobernante aseguró que las personas que todavía se encuentran en refugios están siendo atendidas por equipos médicos, si bien remarcó que las lluvias no dejaron ningún herido o fallecido.
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Asimismo, periodistas de la zona indicaron que las aguas que alcanzaron entre 60 y 70 centímetros de altura, en zonas del Casco Central, Brisas del Sampay, Brisas de Dios, El Nazareno, Caño Amarillo A y B, el Valle de Guayabal, El Salto, Cielo Azul, Los Pinos, La Constituyente y Briceño.
Por su parte, el alcalde del municipio Gran Sabana, Manuel Valles, informó que todas las instituciones de la entidad se encuentran trabajando de manera coordinada para brindar atención a los habitantes de Santa Elena.
Los habitantes de la ciudad no recuerdan lluvias tan intensas desde la década de los 90 y, aunque se trate de un fenómeno natural, los residentes advirtieron que parte del problema, tras el desborde del río, es la falta de limpieza de cañadas y drenajes.
