jueves, marzo 28, 2024

¡Aunque usted no lo crea!

Lo ocurrido en la  Medicatura Forense de Bello Monte de Caracas en los últimos quince días, no debe tener comparación posible con otras épocas recientes en cuanto al número de muertes, denuncias e ingresos de cadáveres como consecuencia del COVID-19 y de hechos de violencia en los cinco municipios que conforman la Gran Caracas.

En primer lugar, hay que lamentar que no haya un vocero oficial que pueda informar debidamente la cantidad de cadáveres que han ingresado en estos quince días como consecuencia del coronavirus.

No sólo por el derecho que tiene la gente de estar informada acerca de esta terrible situación que se ha agravado en estos últimos días, como consecuencia de ” la Nueva  Cepa Brasileña’ según dice el Gobierno Nacional, sino para evitar las especulaciones en cuanto al número real de ingresos de personas arrastradas y acabadas por este terrible y mortal virus.

En consecuencia, no podrá evitarse que los periodistas, por alguna investigación previa o porque recibieron  datos y cifras de una buena fuente, puedan afirmar que han ingresado más de trescientos, cuatrocientos o quinientos muertos por COVID.

Los rumores son variadísimos  y meten miedo por el número de muertos que  supuestamente trasladan  todos los días desde los centros de recepción de enfermos como El Poliedro de Caracas, los llamados hospitales centinelas y los CDI, hacia la Medicatura Forense.

Cualquiera de esos reportes periodísticos pudieran coincidir con la realidad, pero, todo seguirá, lamentablemente, en el terreno de la especulación.

También sería mezquino y  de mala intención dejar de reconocer el trabajo que ha hecho el Senamef, organismo encargado de coordinar toda esta actividad sin precedentes en el país, a pesar de las críticas y los reclamos airados y contundentes de familiares de los fallecidos.

Mientras tanto, los ingresos a la medicatura por muertes violentas, irónicamente han disminuido a cifras que no se registraban desde hace cuarenta años.

Perfectamente, podríamos decir que en estos últimos quince días, el 95 por cientos de los ingresos de cadáveres, es por COVID y el 5 por ciento, por muertes violentas (homicidios).

El tercer aspecto está relacionado con otro tipo de violencia. Una violencia que no mata, pero que puede dejar huellas mortales de por vida en la víctima. Me refiero a las denuncias por violaciones, actos lascivos e incestos.

Así como es impresionante ver el desfile de decenas de personas tratando de retirar los cuerpos de sus familiares muertos por la pandemia, también es notoria y significativa la cantidad de personas denunciando estos tipos de violencia, particularmente, contra menores y perpetrada muchas veces por un familiar de la víctima.

Pareciera que la sociedad está enferma y ni siquiera un nuevo y letal enemigo como el coronavirus, ha Sido capaz de aminorar esos últimos delitos a los cuales hemos hecho referencia.

Aunque usted no lo crea, lo señalado en este análisis es rigurosamente cierto y responde a una realidad de la vida y a una constante periodística: ante la desinformación y los obstáculos, se incrementa la investigación y la necesidad de informar veraz y oportunamente…

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