Acnur cree que lo más probable es que esos recursos no sean suficientes frente a una situación de los migrantes que se anticipa todavía más difícil el próximo año
Los gobiernos donantes de la ONU destinarán la cifra récord de 1.054 millones dólares en 2022 para financiar sus programas de ayuda a las personas refugiadas en todo el mundo. El anuncio lo hizo la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), reseñó Efe.
La comunidad internacional ha decidido lanzar un plan masivo de respuesta económica. Esto, ante el incesante aumento de desplazamientos forzosos en 2021. Todo, debido a las crisis humanitarias provocada por conflictos, por el cambio climático y por la COVID-19.
Además de los más de 1.000 millones de euros ofrecidos para el próximo año, varios gobiernos se han comprometido a aportar otros 808 millones de dólares. Lo harán para los programas de ACNUR en 2023 y años posteriores, en el marco del Pacto Mundial sobre los Refugiados.
Prevén más recursos
Se trata de un acuerdo aprobado en 2018 para contribuir a una distribución previsible y equitativa de la carga que representan los refugiados.
El alto comisionado de la ONU para los refugiados, Filippo Grandi, agradeció esta “financiación vital”. Los recursos son para ayudar a todas las personas que se han visto forzadas a huir de sus hogares. No obstante, pidió continuar con los esfuerzos en su favor.
Señaló que lo más probable es que esos recursos no sean suficientes frente a una situación que se anticipa todavía más difícil el próximo año.
El programa global de ACNUR para 2022 abarca operaciones en 136 países. El organismo pretende proporcionar protección y ayuda humanitaria a los refugiados procedentes de varios países. Se trata, especialmente de territorios donde proliferan los conflictos con trasfondo político. Entre ellos destacan como Afganistán, Birmania, Venezuela o Etiopía, entre otros.
El aspecto positivo es que el organismo ha notado que algunos estados avanzan en la inclusión de los refugiados y desplazados. Los han integrado a sus sistemas nacionales de salud, en la educación pública y en sus de protección social en general.
“Además de la ayuda humanitaria, es importante que la comunidad internacional aproveche los progresos de los últimos años. Que proporcione aún más apoyo bilateral a los países y comunidades que acogen a un gran número de refugiados”, concluyó Grandi.