martes, abril 23, 2024

Así fue un partido de pelota maya jugado hace más de 1.000 años

Roberto Trobajo
Roberto Trobajo
@Roberto_Trobajo

Se pudo conocer por su “marcador”, pieza encontrada en Chichén Itzá

Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México encontraron en Chichén Itzá un marcador de piedra de Juego de Pelota maya que data del período Clásico Terminal o Posclásico Temprano (750-1050 d.C.).

El juego de pelota ha sido uno de los rituales más emblemáticos y conocidos del mundo maya.

Consiste en recrear una batalla entre las fuerzas de la oscuridad y las de la luz representado por dos equipos que debían enfrentarse en un ritual religioso de regeneración. 

Dicho ritual era considerado como una parte integral de la existencia de la civilización maya.

El nuevo objeto encontrado en el complejo arquitectónico de Casa Colorada, también conocida como “Casa Roja” o Chichanchob es de 32,5 centímetros de diámetro con 9, 5 de grosor y 40 kilos de peso.

La pieza, bautizada como “Disco de los Jugadores de Pelota”, presenta una banda glífica en bajorrelieve que rodea un interior iconográfico que con dos figuras que se han interpretado como jugadores de pelota mayas. 

El disco fue descubierto por la arqueóloga Lizbeth Beatriz Mendicuti Pérez en la estructura 3C27, que corresponde a un arco de acceso al área arqueológica que se estaba excavando, según ha informado otro de los arqueólogos que participan en el proyecto, Francisco Pérez Ruiz.

“En este sitio maya es raro encontrar escritura jeroglífica y menos un texto completo; hace más de 11 años que esto no ocurría”, ha destacado Francisco Pérez.

La pieza, encontrada a 58 centímetros de la superficie, fue probablemente utilizada como marcador de algún hecho importante relacionado con la cancha de Juego de Pelota situada en Casa Colorada, un recinto mucho más pequeño que el Gran Juego de Pelota de Chichén Itzá.

Según el Debate, los expertos suponen que el marcador, realizado en roca sedimentaria, formó parte del muro este del arco.

Por otra parte, presenta una banda jeroglífica en la cara frontal de unos seis centímetros de ancho que rodea una escena de 20 centímetros de diámetro.

Tras el estudio iconográfico y epigráfico que lleva acabo el equipo encabezado por Santiago Alberto Sobrino Fernández, se ha identificado a dos personajes con los trajes habituales de los jugadores de pelota, de pie, frente a una pelota, y 18 cartuchos con una fecha de cuenta corta 12 Eb 10 Cumku, la cual apunta al año 894.

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