El espectáculo denominado El Reencuentro se celebró a casa llena con la reunión de Oscar y sus excompañeros
Fue promocionado como el gran reencuentro de los últimos años y, sin duda, lo fue. Por más de tres horas, como también lo prometieron, Oscar D’León y la Dimensión Latina se entregaron en la inmensa tarima que se instaló en el Poliedro de Caracas.
Público de todas las edades bailó, coreó y gritó de emoción cuando a las 10:50 pm del sábado las enormes pantallas mostraron un viejo televisor con imágenes y videos de unos jóvenes músicos venezolanos que hacían salsa.
Ahí comenzó el viaje que se extendió por más de tres docenas de temas, no solo de la época de oro de Oscar y La Dimensión, sino también del tiempo de Oscar como solista.
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El venezolano Lion Lázaro fue el encargado de abrir la larga jornada musical. Con temas como Que levanten la mano, un popurrit de Juan Gabriel y su más reciente promocional, Muevelao, el cantante tuvo la presentación más accidentada.
En cuatro oportunidades se le apagó el sonido mientras hacía un mix de Calle Ciega. “Quiero rendir homenaje a mis orígenes”, dijo y a los pocos minutos de comenzar a cantar, no se escuchaba lo que sucedía en la tarima. Sin embargo, tanto él como sus músicos siguieron hasta que la falla se corrigió.
Poco tiempo después de su presentación, su colega Jospeh Amado salió a escena con su exitoso tributo a Héctor Lavoe. Por casi una hora, el intérprete puso a bailar a las personas que agotaron las entradas de este concierto.
Clásicos como Periódico de ayer, Mi gente, El cantante, El día de mi suerte y Todo tiene su final, entre otros, logró que el público le hiciera peticiones cuando pretendió despedirse. También incluyó Gitana y Sin poderte hablar, de Willie Colón, en su performance. “Él fue el gran arreglista detrás del mejor artista del mundo”.
Llegó la hora
Cuando faltaban 10 minutos para las 10 pm del sábado finalmente el momento por el que esperaban unas 8 mil personas comenzó. El nombre Dimensión Latina apareció en lo alto del escenario y sus integrantes elegantemente vestidos debajo del mismo.
Un tema alegórico a la reciente muerte de su pianista fue el que abrió el show. En la tercera interpretación se escuchó la voz de Oscar. Y aquello se vino abajo. A partir de ahí, el sonero se encargó de comandar el largo viaje que se extendió hasta las 3 am.
Al cumplirse las dos horas de show, y con una veintena de temas interpretados, D’León dijo que todavía “faltan 50. Y yo los tengo que cantar todos. Solo le pido a mi viejita linda que mé dé fuerzas”.
La energía de Oscar fue contagiante, pues quienes no se habían levantado con las dos actuaciones anteriores, no pararon hasta poco más de las 3 am cuando concluyó la fiesta.
Sigue tu camino, Detalles, La Mazukamba, Dile que se va a caer, Yo quisiera, Canta conmigo, El cañonazo, La piragua, Taboga, Que bailen tó, Mi negra está cansá, Mata siguaraya, Mi adorada, Taboga, La carta, Dolor cobarde, Casimiro, Parampampam, Tú me recordarás, Llorarás, Mi bajo y yo, Ariel, Sale el sol, Sin tú cariño, Detalles, El frutero, Anabacoa y Josefa Matías, entre muchos otros, sonaron durante la caliente jornada bajo la cúpula del Poliedro.
Oscar brincó, bailó, dejó a sus músicos atrás y hasta lloró cuando al referirse a (César) Monge lo llamó (Oswaldo) Ponte. “Se me atravesó en la mente, porque sé que él estaría muy contento con esto”, dijo en referencia a quien fue su mánager por más de tres décadas y responsable de que sea quién es.
Buenos días a todos ojalá se pueda hacer el concierto en toda Venezuela que espectáculo tan emocionante dios siga bendiciendo a la dimensión latina y a Oscar de León