Ser chavista no es garantía para el respeto de los derechos humanos. La periodista Sebastiana Barraéz hace un recuento de los casos en los que los asesinatos y desapariciones se aplicaron, sin importar que sean militantes de la revolución
Si algo hizo el chavismo al llegar al poder fue “decir” que se diferenciaban de la “Cuarta República” porque no se manchaba las manos de sangre. Sin embargo, la administración de Nicolás Maduro no duda en aplicar la táctica de los asesinatos o desapariciones forzosas contra sus propios militantes.
Así lo afirma la periodista Sebastiana Barráez. Ella hizo un resumen de los casos que, al parecer, muestran que no hay diferencia entre la Cuarta y la Quinta, en aquello acabar con el adversario, como sea.
Barráez menciona que el 22 de agosto Maduro dice públicamente: “Que nadie se confunda. Que nadie se convierta en tonto útil del divisionismo, que quiere disgregar la revolución bolivariana. Que nadie sea tonto útil del divisionismo”.
Asegura la comunicadora que esta amenaza velada cayó mal entre los chavistas. Sobre todo en aquellos que se han atrevido a denunciar corrupción. Esos que provienen de sectores populares y pasan trabajo. O aquellos que buscan montar tiendas separadas del Psuv, para las elecciones del 6 de diciembre.
Barráez señala que “no hay nada que mitigue la crítica situación de esos sectores pobres, base de la revolución”. Mientras “es evidente la grosera riqueza de los jerarcas del chavismo. Del oro que brota a borbotones para mantener a rusos e iraníes, a la par que se anuncia la compra de armamento”.
Agrega que esa militancia también observa “el movimiento de millones dólares en el Banco Central de Venezuela (BCV). Además de la enorme cantidad de dinero desplegado para la defensa de Alex Saab preso en Cabo Verde”.
Asesinatos y desaparecidos
La especialistas destaca uno de los primeros casos. “Desde que Alcedo Mora desapareció el 27 de febrero de 2015, junto con los hermanos Jesús Esneider y Eliezer Antonio Vergel Medina, la lucha de sus compañeros más cercanos y amigos ha sido tenaz. Más aún por no contar con el apoyo de los cuerpos de seguridad ni del Ministerio Público o Defensoría del Pueblo”.
Durante estos cinco años no hubo mención alguna por los más altos líderes del chavismo o la revolución sobre ese caso.
Ahora se ha desatado una serie de hechos que ponen bajo la lupa que algo podría estar ocurriendo con aquellos líderes que han manifestado alguna crítica.
José Carmelo Bislick Acosta murió hace poco. Este líder de la revolución en Guiria, quien fue asesinado luego de ser secuestrado de su casa. Lo hicieron frente a varios miembros de la familia. Él venía realizando denuncias por contrabando de combustible y narcotráfico en en el estado Sucre.
Carlos Lanz, hermano del intelectual de izquierda Rigoberto Lanz, podría ser uno de esos casos. Su hijo, Alex Lanz narra que su padre salió de su casa el 8 de agosto 2020. Desde entonces nada se ha sabido de él. Tarek William Saab dijo que las investigaciones de inteligencia están en desarrollo.
La desaparición de Carlos Lanz fue tendencia en redes sociales. Pero no ha habido pronunciamiento alguno por parte de las más altas figuras de la revolución.
Miguel Mejía, mejor conocido como “Sancocho Power”, era un dirigente de la juventud PSUV. Fue asesinado, el 20 de agosto, 2020, por asfixia mecánica y encontrado en su domicilio en Sabana Grande, en plena Caracas, donde había estado compartiendo la tarde con dos amigas. Era grafitero. Se identifica en twitter como “luchador social, comisionado presidencial para la paz y la vida, hijos de Chávez”.
Más casos
Andrés Eloy Nieves Zacarías y Víctor Torres. A los dos jóvenes comunicadores comunitarios los asesinó la Fuerza de Acciones Especiales (FAES). Todo ocurrió en la sede del canal Guacamaya TV, ubicado en Cabimas estado Zulia. Los funcionarios después de asesinar a los dos jóvenes decomisaron todos los equipos televisivos . En el informe del caso dijeron que fue un enfrentamiento y que Nieves pertenecía a una banda delictiva.
A Giovanni Urbaneja lo detuvieron el 20 de agosto de 2020, en la población de El Tigre, estado Anzoátegui. Creo la Fundación Socialista de Integración del Sur (Fundisur). Lo apresaron por instigación al odio y por hablar contra Maduro en sus redes sociales.
A Alfredo Chirinos y Aryenis Torrealba, activistas de la revolución y trabajadores de PDVSA, los detuvo la DGCIM el 28 de febrero 2020. El ministro Néstor Reverol dijo que eran traidores a la patria y que estaban pasando información a los Estados Unidos.
