La Ley de Aborto Legal, Seguro y Gratuito fue aprobado en Argentina con 38 votos afirmativos, 29 negativos y una abstención
El Senado de Argentina aprobó este miércoles la Ley de Aborto Legal, Seguro y Gratuito que contó con el apoyo de los legisladores del peronismo gobernante y de la oposición.
En una nota de El Mundo, la ley la aprobaron con 38 votos afirmativos, 29 negativos y una abstención, dijo la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, presidenta del Senado, al certificar la aprobación de la nueva norma en la Cámara alta del Parlamento argentino.
La votación se hizo pasada las 04:00 de la madrugada y miles de personas en las calles de Argentina aguardaron el momento en la Plaza de los Dos Congresos.
La aprobación causó euforia del sector identificado con el color verde, a favor del aborto, y la desazón de los celestes, contrarios a la legalización.
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Argentina se regía por una ley de 1921 que permitía abortar en caso de violación o de peligro para la salud de la madre, pero en los hechos, en muchas provincias se obstaculizaban, incluso niñas embarazadas las obligan a dar a luz.
El peronismo gobierna en tres cuartas partes de las 24 provincias del país.
Sin embargo, el tinte conservador de varios de esos gobernadores no impidió que algunos de sus senadores apoyaran la ley.
Éxito político
Según los expertos, la legalización del aborto se convierte en el mayor éxito político de Fernández en el año que lleva en la Casa Rosada.
No hay cifras oficiales confirmadas, pero se estima que en la Argentina hay 450.000 abortos clandestinos por año.
El movimiento a favor de la legalización del aborto contó con un gran impulso en los últimos años.
Los jóvenes son los principales aliados, muchos de los cuales siguieron la votación en pantallas gigantes instaladas frente al Parlamento.
Los medios de comunicación locales aseguran que esta legalización del aborto hace inviable en un plazo cercano una visita del Papa a la Argentina.
Entre los senadores opositores a la ley también se cuenta el ex presidente Carlos Menem.
Menem no pudo votar: a los 90 años, su vida pende de un hilo y está en coma inducido.
