Aixa López, presidenta del Comité de Afectados por Apagones, informó que en el primer trimestre se han registrado más de 38.000 fallas eléctricas
Los constantes apagones y fallas en el servicio eléctrico afectan gravemente a los pacientes con COVID-19. Sobre todo si su estado les obliga a permanecer conectado a concentradores de oxígeno que dependen de la corriente. La advertencia la hizo Aixa López, presidenta del Comité de Afectados por Apagones.
Denunció que en las últimas semanas han recibido más de 100 alertas en todo el país. “Son ciudadanos cuyas vidas dependen de un respirador artificial. Personas que se encuentran recibiendo tratamiento en casa producto del colapso de hospitales y clínicas. Además de la enfermedad deben vivir con la zozobra de que en cualquier momento pueden quedarse sin este servicio público”, reprochó.
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Más de 38.000 en el primer trimestre del año
López subrayó que continua la precariedad del servicio eléctrico por la falta de mantenimiento. Dijo que solamente en marzo contabilizaron 13.681 entre bajones y apagones. Agregó que el comité sumó 38.004 cortes eléctricos en el primer trimestre del 2.021.
“Lo hemos advertido incansablemente al país. Estamos en profundo riesgo de vivir días de oscuridad como ocurrió en el año 2019. Siguen desfilando ministros por la cartera de Energía Eléctrica. No se toman las medidas que el Sistema Eléctrico Nacional requiere para frenar el colapso definitivo”, sostuvo.
En este sentido, la experta en la materia agregó que los estados con mayores déficit siguen siendo Zulia y Táchira, mientras que Miranda y Barinas empiezan a despuntar en este récord negativo. De acuerdo a su balance, enero cerró con 11.055 fallas, mientras que febrero registró 13.268.