La abogada Antonia Turbay, quien fue detenida al ser acusada de ser cómplice de la fuga del comisario Iván Simonovis lloró desconsoladamente al ser liberad. La medida de “indulto” se ha concentrado la noche de este lunes, a las afueras del SEBIN del Helicoide, en Caracas.
Turbay aseguró, a sus familiares a través de una llamada que ha sufrido muchas enfermedades, pero creo que me voy a curar”. Aunque al mismo tiempo reconoció que no tiene razones para sonreír.
Turbay es una de las 28 mujeres beneficiadas la tarde de este 31 de agosto con la medida de indulto. Estaba en la lista de 386 presos por razones políticas en todo en Venezuela.
La abogada de 67 años, con doble nacionalidad (española y venezolana). Era la única de los «indultados» que ya tenía una medida que le aseguraba su libertad, pues desde hace un año y un mes tiene una boleta de excarcelación que nunca fue cumplida.
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Turbay fue detenida el 27 de junio de 2019, cuando efectivos del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) en la Alta Florida, una urbanización de Caracas, allanaron su vivienda luego de confirmar que se encontraba en el lugar. Según publicó el diario venezolano Tal Cual este lunes.
A la abogada se le acusó bajo el presunto delito de facilitación de fuga de un detenido, al ser vinculada con el escape de su vecino Iván Simonovis, quien evadió su arresto domiciliario y luego apareció en Estados Unidos.
Una de las «pruebas» para inculpar a Antonia Turbay, según abogados del Foro Penal Venezolano, es que aparece en una foto donde se observa un poste de luz caído hacia la vivienda de Simonovis. Tres días después de su detención fue presentada en tribunales, que solicitó fiadores para su causa.
Un mes después, el 26 de julio de 2019, el juez le entregó una boleta de excarcelación al considerar que había cumplido todos los requisitos para obtener la libertad bajo fianza. Pero la orden, que fue ratificada por el mismo tribunal el 12 de agosto de ese año, nunca se concretó.
