Los economistas Ronadl Balza y Henkel García coinciden en que las consecuencias de las escasez de gasoil comenzará verse en algunos comercios, en primer lugar en productos como quesos o vegetales
Con una sociedad empobrecida, golpeada y desnutrida, Venezuela es testigo de un nuevo azote para su crisis. La escasez de gasoil, clave para el traslado de bienes por el país. La consecuencia de esto es que pronto habrá anaqueles vacíos.
Las largas filas de transportistas que comienzan a verse son el augurio de una nueva tormenta. Los resultados son impredecibles, alertó el economista Henkel García, en declaraciones a la agencia Efe.
“Ya lo estamos viendo, sobre todo en quesos frescos. Ya esa cadena de distribución está afectada y algunas verduras y vegetales tienen problemas para llegar a las distintas ciudades”, explica.
García alerta de que “vamos a ver cómo, poco a poco, va a ser cada vez más difícil conseguir ciertos productos”.
“Si se llegase a complicar, lo que vamos a ver es a gente que no se va a poder mover. El transporte público no va a poder funcionar y habrá anaqueles, literalmente, vacíos porque los productos no pueden llegar”, subraya.
No obstante, considera que el impacto sobre los precios será menor, algo que no sucedería en otro país “con una economía de mercado sana”. Pero en Venezuela, “con tantos años de control y un espíritu socialista”, no habrá un gran incremento. Todo por el temor de fiscalizaciones y cierre de empresas”.
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Los más afectados
En opinión de García, el transporte público y el suministro de alimentos serán los más afectados de esta posible crisis. “El grueso” de la dañada economía venezolana “está alrededor de la parte básica”, que es la comida.
Por su parte, el economista de la Universidad Central de Venezuela (UCV) Ronald Balza explica que también los agricultores se verán afectados. “Tras un año de trabajo, se pueden encontrar con un producto que no pueden comercializar”.
“En el momento en que el producto (alimenticio) se obtiene, queda poco tiempo para transportarlo de un punto a otro. La escasez de gasóleo puede generar pérdidas”, subraya. Dijo que “el problema no es solo de los alimentos que no comemos, sino del dinero que no tienen los agricultores para la próxima cosecha”.
Balza subraya que Venezuela “es un país empobrecido y la movilización puede mantener ciertos niveles de actividad”. En caso de paralizarse por la escasez, se damnificaría el comercio, la agricultura y “las distintas opciones de intercambio que pudieran surgir”.
Acerca del transporte, el economista también advierte que se pudiera generar una situación muy compleja. Todo en medio de la ola de contagios de COVID-19 que vive Venezuela.
Problema estructural
Sin embargo, el problema en el transporte no es nuevo, comenzó a gestarse hace años por diferentes factores. Ahora, la escasez de gasoil , es la última arista en un sector clave para el buen abastecimiento de cualquier país.
Entre esos problemas, Balza destaca el mal estado de las carreteras, la inseguridad de transportistas y productores.
Por eso, considera que buena parte del país se verá afectado si la situación se prolonga: “Lamentablemente, parece más fácil decir cuál (región) no se vería afectada. Caracas, porque el Gobierno siempre ha tomado decisiones que parecen privilegiar a la capital”.
Pese a ello, advierte de que en la capital “no se produce comida”, por lo que asegura que “el problema del gasoil quizás, uno de los que podía preocuparnos mucho a todos”.
García, por su parte, considera que las regiones más afectadas serían aquellas que están alejadas de los centros de producción, aunque opina que esa posible escasez no será tan fuerte en los estados fronterizos, “porque pueden sustituir el producto nacional por el importado”.
En medio de la crisis generalizada que vive Venezuela, esta tormenta podría devolver al país una vieja imagen, la del desabastecimiento que, por momentos, ha azotado con dureza a sus ciudadanos.
