“Les dan insumos a los pueblos indígenas para la explotación ilegal. Luego se impone la masacre: son asaltados y el Estado se declara impotente ante esta realidad”
El diputado de la Asamblea Nacional, Américo De Grazia, señaló a Nicolás Maduro como responsable de destruir el Arco Minero del Orinoco. Es más, le acusó de cometer genocidio contra la población indígena.
Dijo que la minería ilegal permitida por Maduro está bajo el control de grupos guerrilleros y terroristas. Esta ha provocado la desaparición y el desplazamiento de las comunidades indígenas.
“El régimen de Maduro opta por empoderar al Ejército de Liberación Nacional (ELN) en las zonas mineras”, dijo. Agregó que el ELN le “sirve de instrumento de defensa en el lugar, junto a las FARC”.
Señaló que “estos grupos irregulares tienen asociaciones estratégicas y protegen el tráfico de drogas a través de la empresa Camimpeg. Es la encargada de otorgar la operatividad de las minas a los diferentes grupos incluidos el Hezbolá y Hamas”, informó.
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Genocidio y dependencia
El comisionado alertó sobre el aumento de la violencia. También sobre el desplazamiento forzoso de los pueblos indígenas. “Las principales víctimas de esta situación”.
De Grazia afirma que son aislados para convertirlos en dependientes del régimen. “Utilizan la gasolina para el control social, solo la venden a cambio de oro. Esto obliga a los indígenas a participar en las actividades mineras”.
“Les dan insumos a los pueblos indígenas para la explotación ilegal. Luego se impone la masacre: son asaltados y el Estado se declara impotente ante esta realidad. Llegan los salvadores: los pranes, que son quienes los van a cuidar, supuestamente. Ahora son grupos del ELN los que monitorean las zonas mineras”, relató.
En 2016 la zona decretada como Arco Minero enmarcaba 111 mil kilómetros cuadrados, 12% del territorio nacional. Pero la actividad se ha expandido. Hoy ocupa los estados Bolívar, Amazonas y Delta Amacuro: casi 50% del territorio venezolano.
“No es cualquier espacio, en esa área están la hidroeléctrica más importante del país y 10 parques nacionales. Además, aproximadamente unas 30 etnias indígenas habitan allí”, agregó el diputado.
Recordó que los pueblos indígenas, especialmente en la Gran Sabana y el Parque Nacional Canaima, vivían del turismo, la pesca y la caza.
Estas zonas ahora son dominadas por la explotación de minas, actividad calificada por De Grazia como genocida: “Ocurren masacres contra los indígenas para impulsar la minería ilegal. Son desplazados y llegan a las grandes ciudades a vivir de la limosna o en los vertederos de basura para poder comer y sobrevivir”.
