La ola de migrantes, entre ellos venezolanos, que han llegado a Nueva York tiene abarrotado los refugios, mientras el alcalde piden que los envíen a otras ciudades y pueblo
En medio de una crisis por reubicar y atender a los migrantes en Nueva York, el alcalde Eric Adams asegura que EE.UU. tiene suficientes ciudades y pueblos (108.000) donde enviarlos.
Adams hizo el llamado de ayuda al destacar que ninguna otra ciudad, enfrenta la presión migratoria como la Gran Manzana, donde han arribado más de 70,000 inmigrantes, de los cuales todavía hay al menos 42,000.
Que todos colaboren
En declaraciones a la CBS, Adams asegura que “si todos toman una pequeña porción de eso, y si se coordina en la frontera para garantizar que aquellos que vienen a este país de manera legal se trasladen a todo el país, no es una carga para una ciudad”.
El alcalde demócrata se enfrenta a la presión de vecinos de Nueva York, debido a que ha implementado escuelas y hoteles como centros de refugio.
En varias oportunidades, Adams ha manifestado que no tiene los recursos para atender a tantos migrantes.
Hotel Roosevelt para migrantes
El alcalde ha reabierto algunos hoteles, como el famoso Roosevelt, para albergar a inmigrantes, a quienes también se ofrece alimento.
La semana pasada arribaron han Nueva York procedentes de Texas, un grupo de migrantes, entre ellos venezolanos, que fueron alojados en el hotel Roosevetl.
La instalación cuenta con 19 pisos y 1,000 habitaciones, de las cuales utilizarán 175 habitaciones para las familias, que irá ampliando hasta alcanzar 850.
La tragedia de una familia venezolana
De esas personas que arribaron la semana pasada, destaca una familia de venezolanos. Un matrimonio integrado por Antonio Zapata y Rosalba Escalona, con sus dos hijas, sus respectivos esposos y sus nietos de 4, 6, 7, 10 y 13 años.
Acudieron al hotel para pedir que trasladen a la familia desde los albergues a donde fueron enviados y poder estar “todos juntos y en un lugar más tranquilo”, reseña EFE.
Esta numerosa familia llegó desde Texas en un autobús tras cruzar la frontera y entregarse a los agentes de inmigración que los trataron mal, culminando así una travesía de dos meses, según detalló Escalona.
Detalló que en Venezuela, trabajaba en lo que podía mientras su esposo era obrero de construcción, pero estaban desempleados cuando abandonaron el país.
De Venezuela dijo que “es carísima, y si no hay trabajo ¿qué hace uno para comer? Mis nietos están desnutridos y por eso vinimos, además de la delincuencia. Nos quitaron la casa y nos amenazaron de muerte el mismo Gobierno”.
Migró para salir adelante “lo que quiero es trabajar, sobrevivir, que me den una oportunidad en lo que sea”, enfatizó.
Con información El Diario – EFE
