viernes, marzo 29, 2024

AL FILO DEL DELITO: Cuidado con Bolívar

La muerte reciente de Alexander José Monroy Hernández, alias El Tacupay, no debe tomarse como un caso más de supuesto enfrentamiento de  los cuerpos policiales contra delincuentes del estado Bolívar. No hay que olvidar que ese estado ha figurado entre los más violentos del país desde el año 2018.

El Tacupay  venía siendo solicitado por el Tribunal Segundo de Ejecución por la comisión de delitos como Homicidio y extorsión, hasta que fue liquidado en el sector Acapulco, por un grupo de funcionarios adscritos al Eje de Homicidios de San Félix. Son jefes de importantes bandas delictivas que siguen creciendo y fortaleciéndose  en armamentos e integrantes.

Porcentualmente, San Félix ha sido durante muchos años junto al municipio San Francisco del estado Zulia, las dos zonas más violentas de Venezuela. Allí han ocurrido los crímenes más atroces atribuibles a un ser humano, bien como integrantes de bandas delictivas  o como simples ciudadanos con otras motivaciones.

Solo en el 2020, según estudios realizados por Monitor de Víctimas, Bolívar ocupó el segundo lugar como el estado más violento del país. Durante ese año, los municipios  El Callao, Roscio y Sifontes, registraron las mayores cifras de delitos como homicidios, robos a mano armada y extorsión.

Un año antes, en el 2019, la tasa de homicidios se ubicó por encima del sesenta por ciento. Es decir, más de 60 homicidios por cada cien mil habitantes. Durante los últimos meses de ese año, Bolívar superó ampliamente y dejo atrás a entidades como Sucre, Aragua, Zulia, Monagas y al Distrito Capital. Durante ese mismo año, el estado Bolívar sólo fue superado por Miranda, el cual registro más del 70 por ciento en su tasa de criminalidad.

Las diversas bandas delictivas que han venido fomentando inestabilidad en el estado Bolívar, operan en un espectro mucho más amplio de motivaciones e intereses que las del resto del país.

No sólo hay agrupaciones delictivas dedicadas al tráfico de armas, drogas, homicidios, robos a mano armada y extorsiones, entre otros delitos, sino que desde hace por lo menos una década, vienen operando grupos irregulares en diversos sindicatos de la región y otros grupos aún mayores que han avanzado en la ruta criminal  por la  llamada “Fiebre del Oro”.

Es posible que no tengan la ferocidad y la sangre fría como los integrantes del Tren del Llano, Los Melean del Zulia, Los 300 del estado Miranda, ni la organización y operatividad de la banda de El Conejo en Aragua.

Pero estamos en presencia de grupos cada vez mayores en táctica delictual, armamentos y objetivos muy concretos. No se trata de sólo una simple referencia. No. Cada día hay razones y evidencias de las actividades  y de la furia de estas organizaciones que actúan al margen de la ley y a quienes no les tiembla el pulso para ordenar ejecuciones, masacres, mutilaciones y desmembramientos de rivales.

En varios municipios de los siete que conforman ese estado, los llamados ” Cuadrantes”, no han tenido el éxito que se les atribuía. Por el contrario, hay sectores donde la policía tiene el ingreso prohibido y sus habitantes  en amenaza constante de muerte o represalias si se atreven a denunciar la comisión de delitos o a  sus autores

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