viernes, abril 26, 2024

Cierre de fronteras: 5 años del exilio venezolano, una tragedia humana

Comenzó con la deportación de 23 mil colombianos, hoy esa tragedia humana incluye a 5 millones de venezolanos en el exilio. Así comenzó la historia, así va y así se proyecta.

¡Les arrebataron todo! pero lo que más dolía era el desarraigo, el quedar en el aire y ser protagonistas, sin saberlo, del inicio de la tragedia humana más dolorosa de Latinoamérica.

¡Fue desgarrador! Cargaban los pocos enseres que tenían y atravesaban el río, perseguidos, estigmatizados, como si fueran ladrones de la vida que Venezuela les había permitido vivir durante los últimos años.

Hace 5 años, justo para el 19 de agosto de 2015, Nicolás Maduro cerraba la frontera con Colombia durante un período para expulsar a 23 mil colombianos.

En medio de unas polémicas medidas de seguridad denominadas “operaciones para la liberación del pueblo”, cerró los pasos fronterizos entre ambos países.

Sus casas fueron marcadas, señaladas y destruidas provocando que miles de colombianos tuvieran que cruzar la frontera de manera intempestiva, buscando refugio.

El proceso de expulsión y deportación inició con 1.500 nacionales colombianos y se extendió a un total de 23 mil personas a quien forzó a salir del país, según los datos oficiales.

Para las organizaciones que atendieron la emergencia, fueron 33 mil ciudadanos lo que iniciaron ese fenómeno de movilidad humana en la región, el comienzo de una dolorosa tragedia humana.

Cierre de la frontera colombo-venezolana en la memoria de los colombianos

Ese 19 de agosto de 2015 se vivió una emergencia humanitaria en la frontera entre Colombia y Venezuela sin precedentes.

Fue ese miércoles que las autoridades colombianas se vieron obligadas a activar los planes de emergencia para atender a todas las personas que atravesaban la frontera por los pasos irregulares.

Salían despavoridos, con los pocos enseres a cuesta como si se tratara de algún desastre natural o producto de un conflicto.

Este paso de colombianos, venezolanos, colombo-venezolanos, de familias enteras, fue la primera señal de lo que hoy se convierte en una tragedia humana de grandes proporciones.

Venezolanos pasan por trochas
La tragedia humana del exilio venezolano comenzó con el drama de 23 mil colombianos que fueron expulsados de Venezuela. Foto: cortesía

Leer más: Hijos de la migración, los niños con patria en Colombia

La historia de Concepción

Concepción Guio, fue una de ellas. Veinte años construyendo su historia en Venezuela, forjando su destino, migrando para creer que era posible construir un futuro.

“Todo se me vino al piso, no importó que mi hijo hubiese nacido en Venezuela, ni que tuviera un trabajo estable”, cuenta.

“Yo trabajaba en Venezuela para mantener y ver crecer a mi hijo con las oportunidades que yo no tuve; además, enviar dinero a mis padres en Boavita, Boyacá”, describe.

Ella, se fue a Venezuela, como lo hicieron millones de colombianos quienes migraron a ese país en la década de los 90 visualizando que el auge económico venezolano les permitiría desarrollar sus potencialidades y vivir relativamente tranquilos en un país con muchas posibilidades.

El papel de la iglesia

“Desde ese momento entendí que era una gran crisis, la más grande crisis migratoria que ha vivido Latinoamérica, comparable con Siria. Una crisis que se vivió con gran aprensión y que el estado inicialmente no comprendió”, describe Monseñor Víctor Ochoa, Obispo de Cúcuta, Colombia.

Monseñor Ochoa había llegado un día anterior a ese 19 de agosto de 2015 a Cúcuta y tuvo que afrontar de primera mano esa oleada de migrantes en emergencia, afronytar l atragedia humana.

Asegura que a los 9 refugios que se habilitaron en el momento llegaron colombianos, todos ellos bajo la única realidad cultural que históricamente ha existido entre Táchira y Norte de Santander.

“Hoy, 5 años después, podemos tener 300 mil personas en asentamientos de personas. Procurando atender la crisis humanitaria porque la gran crisis comenzaría después”, explica el obispo.

Un antes y un después del 19 de agosto

Agosto de 2015 quedó marcado en la memoria de muchos colombianos, otros tanto venezolanos y miles de colombo-venezolanos; retornados, deportados, expulsados.

El 19 del octavo mes del año marcó un hito en la historia binacional, un corte, un antes y un después.

“Fueron momentos de tensión y el Gobierno Nacional desde ahí ha venido tendiendo la mano, no solo para asistir a esos colombianos, sino también al millón de migrantes venezolanos que han llegado al país para buscar mejores oportunidades”, asegura el director General de Migración Colombia, Juan Francisco Espinosa Palacios, tras 5 años del inicio de la crisis migratoria.

Desde entonces, Colombia pasó de ser un país generador de migrantes, es decir, colombianos en el exterior, a un país receptor y de tránsito de migrantes en medio del fenómeno que los especialistas técnicamente denominan movilidad humana.

5 años en la vida de 5 millones de venezolanos

Al país suramericano le tocó asumir una posición de liderazgo en la región para proteger a más de 5 millones de venezolanos entre quienes, desde entonces, han decido pasar o permanecer en Colombia.

“Nunca nos llegamos a imaginar que un anuncio como ese, el cual supuestamente iba a durar 72 horas, terminaría generando esta crisis migratoria – humanitaria, que ha alcanzado proporciones inalcanzables. Eso marca un antes y un después”, aseguró Estefanía Colmenares, directora del Diario La Opinión de Cúcuta en un evento organizado por el Observatorio de Venezuela de la Universidad apropósito de estos 5 años de movilidad humana en la región.

La Organización de Naciones Unidas estima que esta tragedia humana alcanzó más de 5 millones de venezolanos, quienes salieron de su país expulsados, un millón de ellos está en Colombia.

Los cálculos dan cuenta que un 34% tienen el ánimo de permanecer en el país andino. Se trata de migrantes con vocación de permanencia.

Muchos venezolanos que desean quedarse en Colombia y construir oportunidades. Son 1.764.000 venezolanos en este 2020.

La evolución de la migración

Se trata de una historia de 5 años de una tragedia humana y de esa movilidad humana evolutiva frente a un fenómeno migratorio que se ha deteriorado y sobrepasa toda capacidad de ayuda y resolución efectiva a pesar de los esfuerzos de Colombia y otros países receptores de migrantes o refugiados venezolanos.

“Pero el fenómeno cambió en los últimos 5 años porque los hermanos venezolanos, por decisiones absurdas de sus mandatarios empezaron a buscar vías de salida primero en Colombia, luego en Suramérica, Europa, Norteamérica.  En un proceso que ha tenido un importante deterioro porque, lamentablemente, cuando se dan esas decisiones absurdas en 2005-2006, que empieza a tener impacto fuertes migratorios en 2011, lo que terminan haciendo es que quienes tenían recursos económicos empiezan a salir de Venezuela y a reubicar sus inversiones. Por eso, los primeros que salen de Venezuela fueron los que tenían dinero, los que tenían riqueza y ese fenómeno se fue deteriorando porque el hambre fue aumentando”, explica Juan Francisco Espinosa.

Actualmente quienes están saliendo de Venezuela son personas en estado de vulnerabilidad, venezolanos cuyas necesidades básicas no suple el régimen.

Ciudadanos con necesidades elementales: una atención en salud, la posibilidad de que sus hijos se eduquen o una situación apremiante como es comer.

La cronología de la tragedia humana Colombia – Venezuela

Para agosto de 2020 en Colombia hay 1.764.883 ciudadanos venezolanos. Cuando inicio este fenómeno migratorio el reporte de las autoridades migratorias daba cuenta de 23 mil, el reto está en cómo adaptarse a esa cifra.

En los últimos 5 años, las cifras oficiales son las siguientes:

  • 2014: 23 mil ciudadanos venezolanos
  • 2015: 35 mil ciudadanos venezolanos
  • 2016: 51 mil
  • 2016 y 2017: se pasó de 53 mil ciudadanos venezolanos a 403 mil venezolanos.
  • 2017 y 2018: se pasó de 403 mil ciudadanos venezolanos a 1.174.000.
  • 2018 y 2019: 1.1271.000 ciudadanos venezolanos.

Para este 2020 comenzó un proceso de descenso de migrantes venezolanos, la llegada de pandemia la región provocó gran parte de esta reducción.

“Si no hubiera aparecido la pandemia, seguiría creciendo la migración venezolana, de hecho entre diciembre y febrero creció a una menor curva de la 2018, pero conservando una línea de crecimiento leve”, explica Espinosa.

A la fecha 100 mil venezolanos han salido para su país desde la frontera con Colombia, cifra que no implica una reducción drástica de venezolanos en Colombia.

De hecho, la pandemia se interpreta como una temporada de transición, pues muchos de los ciudadanos venezolanos que han salido hacia su país, retornarán hacia Colombia, Perú, Ecuador, Europa y Norteamérica.

Naciones hermanas

En las fronteras colombianas hay relaciones de familiaridad, sociales, de negocios permanentes e íntimas, donde es absolutamente normal que parte de la familia colombiana esté en el Estado de Táchira o parte de la familia venezolana se ubique en Norte de Santander.

Además, el abastecimiento de bienes y servicios también se presenta de manera recíproca.

Para 2016, cuando Nicolás Maduro tomó la decisión de cerrar la frontera, obligó a generar, por parte de Colombia, un corredor humanitario para el abastecimiento de alimentos.

La población de frontera en Venezuela empezó a sentir el desabastecimiento de comida y se vio imposibilitada a acceder a temas básicos para su subsistencia. Comenzó a generarse una presión enorme para pasar al territorio colombiano.

Se da entonces una reapertura de la frontera en un horario específico y Colombia comienza la expedición del permiso migratoria de tránsito fronterizo, que antecede a la tarjeta de movilidad fronteriza de hoy en día.

Año a año

En 2016 fueron un poco más de 32 mil venezolanos quienes pasaron por Rumichaca, en el sur de Colombia, buscando mejores condiciones en Suramérica y Europa.

Para 2017, surge el Permiso Especial de Permanencia (PEP) como un mecanismo que buscaba regularizar la población migrante, una estrategia transitoria mientras Venezuela recuperaba la democracia.

Luego, en 2018 se hizo necesaria una segunda versión del PEP y se suspende el uso de la tarjeta de movilidad fronteriza con la que contaban cerca de 1.600.000 venezolanos y se crea  el registro administrativo de migrantes venezolanos que es el PEP RAM.

Y en 2019 Nicolás Maduro expulsó al cuerpo diplomático colombiano en Venezuela y el país suramericano pierde la capacidad de otorgamiento de pasaportes, principalmente por los latos costos que supone su expedición.

Ese mismo año surge una tercera modalidad del PEP para mantener la regularidad; además, se otorgó la nacionalidad colombiana a más de 24 mil niños y niñas nacidos en Colombia partir del 19 de agosto de 2015. Hoy en día son cerca de 50 mil menores.

En 2020, hay una nueva versión del Permiso Especial de Permanencia -PEP FF- un permiso de fomento a la formalización que ha sido una herramienta fundamental para llevar a la regularidad y para generar oportunidades.

La importancia de un migrante regular

La regulación es la única forma de que un país sepa la cantidad precisa de migrantes que tiene el país, su caracterización y la oportunidad para generación de oportunidades en medios de un proceso migratorio organizado.

Un migrante regular es quien ingresa formalmente a un territorio nacional. Ese migrante está llamado a salir de ese territorio en determinado momento y eso explica la razón de ser del PEP que fue ensayado como un mecanismo transitorio mientras Venezuela recuperaba la democracia.

En la actualidad un 53% de los migrantes venezolanos se encuentran en territorio colombiano de manera irregular y un 47% regular.

100 mil venezolanos han retornado desde Colombia a su país desde el inicio de la pandemia. Foto: cortesía

Lo que viene para los migrantes venezolanos en Colombia

Atender las preocupaciones de los migrantes y de las comunidades de acogida en Colombia, constituye una de las principales preocupaciones para el gobierno colombiano.

Es por eso que los retos se centran en:

  • Lograr una mayor inclusión de los migrantes venezolanos en Colombia (mayor ingreso al sistema de seguridad social, mayor inclusión financiera, mayor relacionamiento social, mayor inclusión en la educación).
  • Alcanzar una cobertura familiar del Permiso Especial de Permanencia, cuando sus hijos menores o padres no son beneficiarios.
  • Generar mayor confianza con las autoridades y sector privado colombiano con los migrantes. Como, ejemplo, acceder a créditos económicos.
  • Lograr mayor participación académica, como la obtención del título de bachiller.
  • Implementar el proceso de identificación biométrica.
  • Procurar la menor movilidad posible por lo menos mientras se supera la pandemia.

Leer más: ¿Cómo será la identificación biométrica para venezolanos en Colombia?

Para Elisa Montoya, secretaria de posconflicto y cultura de paz de la alcaldía de Cúcuta uno de los grandes avances en Colombia ha sido incluir ha sido incluir a los migrantes en todos los procesos de reparación y ley de víctimas colombiana.

“Seguimos coordinando la ayuda humanitaria, el proceso de caracterización con ACNUR, para saber las potencialidades de los migrantes, sus habilidades, talentos, sueños, experiencias de vida”, señala.

Otros retos

También se trabaja en la generación de proyectos productivos para la población migrante, atención en salud y el beneficio de las comunidades de acogida.

Consolidar una atención que beneficie a los migrantes en temas de empleo, educación, emprendimiento, y a las comunidades de acogida para evitar la xenofobia y rechazo.

“Gracias a ese tipo de proyectos se ha podido generar capital semilla para los migrantes, oportunidades de empleo, restablecimiento de derechos a población víctima. Hemos trascendido la atención humanitaria a la estabilización”, puntualiza la funcionaria.

Resiliencia y generosidad

En general, en el mundo, ningún país está preparado para recibir miles de extranjero en su territorio, pero en este caso particular, el fenómeno ha contado con la resiliencia del pueblo venezolano y la amplia tolerancia y generosidad del pueblo colombiano, aseguran los analistas.

“Lo que hemos visto en estos 5 años es generosidad del pueblo colombiano, compromiso del gobierno y buen comportamiento y resiliencia del pueblo venezolano”, confirman.

Aunque el fenómeno ha mutado en estos últimos 5 años, Monseñor Víctor Ochoa, asegura que Colombia ha sacado lo mejor de sí a pesar de esta crisis que “nos supera ampliamente”.

“Podemos presentar una resolución a una situación social muy compleja, falta mucho por hacer y resolver, pero destaca esa unidad de intentos de trabajo y cooperación de muchas instituciones”, dice.

Si bien es cierto el cierre de la frontera dividió geográficamente el territorio, no lo hizo con tantos colombianos y venezolanos emparentados, hermanos de sangre.

Con una tragedia humana e historias de vida similares, desplazados pero unidos, quienes han visto en el desarraigo, en medio de la tragedia humana del exilio y de irse con el corazón en la mano de su país, que es posible volver a creer y crecer desde los países de acogida donde la vida les dio otra oportunidad.

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