Las bandas criminales como el Tren de Aragua y del Llano, así como los grupos armados irregulares, siguen siendo el azote de los estados de frontera, pero hay entidades donde el flagelo de trata de personas también tiene a la gente aterrorizada
“Durante el mes de julio del 2022 se presentó un escenario desalentador debido al incremento de las actuaciones de grupos armados irregulares y bandas criminales con alto poder de fuego, no solo en las entidades que conforman la línea fronteriza, sino en otras regiones del país”.
El párrafo anterior corresponde al informe sobre el contexto fronterizo de la ONG Fundaredes, donde destaca que en los estados fronterizos han al menos 16 bandas armadas y se han producido 50 muertos, en solo 30 días.
Señala que se trata de la exacerbación de los “enfrentamientos por el control de territorio para el desarrollo de actividades ilícitas, extorsiones, asesinatos, trata de personas, esclavitud moderna, narcotráfico, contrabando de minerales, desapariciones y secuestros”.
Esas son las causas que “arrojan como resultado 50 personas fallecidas” y el “el incremento de las actuaciones delictivas de grupos armados irregulares (GAI)”, lo cual “deja un escenario desalentador, especialmente en el Zulia quien una vez más encabeza el listado de los más violentos, con la presencia de al menos 16 bandas criminales”.
El escrito resalta que tres entidades padecen por la violencia criminal de estos grupos.
“En el estado Guárico, con la actuación de la poderosa megabanda Tren del Llano, e igualmente en el estado Táchira donde operan células del Tren de Aragua. Otra entidad, como el estado Apure, presenta también un alto índice de vulneraciones, pues allí las
organizaciones criminales operan libremente y sin ningún tipo de restricciones por parte de las autoridades”.
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Violencia en las trochas y minería ilegal
El documento hace especial referencia a la zona sur del Táchira que “se vio arropada con un alto indicador de violencia, puesto que perdura el control de los pasos irregulares por parte de grupos delictivos”.
Denuncia que ello “permite el desarrollo de actividades ilícitas que usan como fuente de ingresos y como canal para el tráfico de numerosos productos, como combustibles, minerales, personas y drogas”.
Asimismo, resalta que “Bolívar se impuso como el tercer estado más violento, donde se evidencia la grave deforestación y contaminación por la minería ilegal, afectando a los ríos Icabarú, Paragua y Caroní”.
A ello se suma “la destrucción de 1.200 hectáreas de selva virgen que mantiene en riesgo de desaparición a diversas especies”.
En Falcón, resalta “la presencia de organizaciones dedicadas a traficar sustancias ilícitas, las cuales aprovechan la ubicación geográfica de la entidad costera para transportar por vía marítima o aérea, mercancías ilegales”.
Captación y trata de personas
La captación de personas para cometer delitos es otro flagelo que azota varios estados del país y no necesariamente de la frontera, como enfatiza el informe de la ONG.
“Entidades como Sucre, Anzoátegui, Guárico, Nueva Esparta, Delta Amacuro y Mérida, confirman la indefensión en la que se encuentra la población venezolana, frente a la constante violación a sus derechos fundamentales”, dice.
“Esto se ve reflejado en la grave emergencia humanitaria compleja, facilitando que organizaciones criminales puedan engañar y captar posibles víctimas a sus filas”, agrega.
Hace especial mención a “la proliferación de redes de trata y tráfico de personas” que “ha mutado en el estado Delta Amacuro, esto ante la desesperación y angustia que sus habitantes padecen por la profunda emergencia humanitaria compleja: Esto obliga a muchos a migrar bajo condiciones de tráfico marítimo, sobre todo por la conexión con las islas de Trinidad y Tobago”.
